Wednesday, December 28, 2005
ENTROPÍA
La humanidad animal hace una simbiosis con la naturaleza. Ninguna autoridad la domina más que la naturaleza misma. Sin embargo, el humano civilizado produce lo artificial para sentir poder sobre la naturaleza, que se convierte en poder sobre sí mismo, sobre sus pasiones y emociones, sobre su animalidad, sobre su inconciente y su relación con lo otro. El instinto de socialización es propio de la naturaleza humana animal, el mutualismo inherente en las relaciones simbióticas de la naturaleza hace que el acto del animal humano sea espontáneo y natural, mientras que el acto “artificial” del humano civilizado sea condicionado por el poder y la dominación de su entorno. El poder sobre la naturaleza es un complejo psicológico de superioridad propio del hombre civilizado, que perdió su contacto con su animalidad natural por orgullo y vanidad. La falsa superioridad sobre el agua, el fuego, la tierra, el aire, las plantas y los animales, sirvió para que la civilización explotara a la naturaleza en su ambición de controlarla y dominarla para después DESTRUIRLA.
Por ejemplo, en Fort Nnox, la Reserva Federal del Tesoro de los EE.UU, se encuentra enterrado más del 80 % del Oro del mundo, que fue expoliado y fundido de las obras de arte de otros pueblos para solventar a los bancos de Wall Street. El oro simboliza para los alquimistas de la filosofía perenne la materia más “divina”, simboliza la forma más perfecta del espíritu humano, la piedra filosofal y elixir de la vida producen oro que es la puerta a la inmortalidad. Por algo todos los pueblos hacían sus obras de arte con oro como los indígenas de América, los pueblos egipcios, tibetanos, etc. excepto los “occidentales” que lo transformaron en elemento de intercambio económico y sobre todo símbolo de “poder”. En el transcurso de la historia se han realizado sanguinarias guerras por extraer, robar, expoliar (robar con el amparo de la ley) todo el Oro del mundo, sobre todo desde la colonia española e inglesa, el Oro quedó concentrado en algunas cajas fuertes de los Bancos en Suiza y en los EE.UU. Los multimillonarios tecnócratas, propietarios de las corporaciones multinacionales, tienen sus riquezas en los bancos de estos centros financieros respaldados por aquel inmenso arsenal de Oro. ¿Pero por qué “occidente” mira este elemento de la naturaleza con tanta codicia y ambición? En verdad el Oro es un elemento de la naturaleza que siempre fue considerado sagrado, pero la visión utilitarista y materialista de la civilización occidental, en el que la materia pierde su espiritualidad, el elemento Oro se degenera en simple utilidad y poder sobre la naturaleza, pierde así su carácter sagrado. Para el “occidental” común un reloj de oro simboliza riqueza y poder, por algo los gobernantes y los grandes empresarios dueños de los medios de producción y de comunicación, entre otros mafiosos y narcotraficantes, tienen sus manos llenos de anillos y relojes de oro. La relación del ser humano con este elemento de la naturaleza muestra su propia decadencia, ya no se hace obras de arte con oro, ahora el Oro está en los bancos centrales de cada país para mantener el poder sobre las estructuras sociales capitalistas en extrema pobreza para la mayoría y extrema riqueza para la minoría. El Oro, junto al uranio o el acero, sigue siendo una codicia por la cual se comete cualquier atrocidad por el afán de riqueza y por poder sobre otro ser humano y sobre la naturaleza.
En esta civilización nuestra relación con la naturaleza se deteriora cada día más: producimos desechos industriales por toneladas, arrojamos constantemente al aire gases venenosos que destruyen la atmósfera, vivimos en una sociedad de consumo materialista y decadente que degenera el espíritu humano, construimos armas bioquímicas y atómicas para la destrucción masiva, mantenemos el orden industrial capitalista global que asesina a millones por la pobreza en una guerra silenciosa pro-exterminio humano, el espíritu colectivo manipulado y controlado por los medios de comunicación, de la propaganda y del entretenimiento, el monopolio de las corporaciones farmacéuticas impiden que los precios de las medicinas genéricas estén al alcance de los más pobres, científicos sin conciencia juegan con la ingeniería genética para crear enfermedades y pestes negras en sus laboratorios como el Sida, la gripe aviar, el SRAS y usados como armas de guerra y genocidio ( esto no es nuevo ya que los ingleses esparcieron la viruela a los indígenas norteamericanos en su afán de colonización y exterminio). Ya existen nuevos mutantes nacidos de la clonación biotecnológica que desequilibra la armonía de la naturaleza, ya existen alimentos transgénicos como los tomates con genes de pescados consumidos por los seres humanos inconscientes de sus efectos secundarios, otros científicos enfermos mentales piensan aislar el gen de la vejez para alcanzar la inmortalidad sin tomar en cuenta que la muerte es tan natural como la vida, que experimentar con la muerte es jugar con la naturaleza y que puede provocar la muerte de todos. La ciencia positiva hiper-racionalista del hombre moderno devino en Hiroshima y Aushwitz, su conquista del planeta entero y del universo que nos rodea está destruyendo la naturaleza, cada día se necesita millones de barriles de petróleo para hacer andar a los vehículos e industrias en el mundo, la destrucción del medio ambiente está inherente en la máquina social. Las armas biotecnológicas y químicas de destrucción masiva de los EE.UU e Inglaterra son esparcidas en las guerras de Irak y Afganistán, desechos nucleares arrojados en satélites por la NASA hacia el espacio vuelven a caer en cualquier parte del globo terráqueo para causar más cáncer y pestes negras por todo el mundo. Así mismo toneladas de comida se arrojan al océano cada fin de año en los países ricos a causa de la sobre-producción, mientras que en los países pobres mueren diariamente 40.000 personas de hambre, de igual forma los bancos internacionales todavía cobran intereses de la Deuda Externa a los países pobres como buenos usureros, siendo los primeros responsables de este genocidio silencioso.
El planeta se ha convertido en una olla de presión a punto de estallar, es una bomba de tiempo cuya cuenta regresiva empezó hace mucho tiempo. Algunos escritores piensan que el apocalipsis mesiánico judeocristiano es diseñado por la plutocracia de la ultra-derecha cristiana (como el Opus Dei) y por la poderosa judeo-masonería (como la orden Illuminati), para dominar y exterminar a la humanidad. En verdad estas sectas son serviles a unas cuantas familias que tienen todo el poder y la riqueza mundial, dueñas de bancos internacionales y corporaciones, los señores del negocio de las armas y de las drogas, aquellos personajes que mueven los hilos de la política por tener el poder económico, los medios de comunicación, los juzgados, la educación, los agentes mundiales de la corrupción y el pillaje capitalista, quienes llegaron al poder mundial después de siglos de planificación histórica lleno de complots, conspiraciones e infamias. Han formado ya un Imperio Mundial y lo quieren mantener, los planes para hacer expediciones al planeta Marte por parte de los EE.UU sirve como muestra de que son el Imperio más poderoso de la historia. Pero todo Imperio debe caer y la lenta destrucción de esta civilización es inevitable. Los auto-atentados terroristas del 11 de Septiembre del 2001 en el corazón del Imperio son la antesala de una era de inestabilidad, guerra y caos. La brecha entre ricos y pobres se extiende cada día más y los seres humanos son usados como mano de obra barata, como esclavos manipulados por el industrialismo tecnocrático imperial. Pronto se extenderá el uso de celulares en todo el mundo y el dinero líquido desaparecerá para ser reemplazado por tarjetas de crédito y por último insertar a los seres humanos microchips para que se encuentren bien vigilados por los satélites imperiales.
Entropía significa que todo está en todo en perpetuo caos…mientras colaboremos con la máquina social, colaboramos con el Imperio, si saboteamos a esta máquina aceleramos su caída, no necesariamente se debe matar gente para cambiar el mundo, las ideas son la base de toda subversión.