Monday, May 07, 2007

La Filosofía del "YO", un Laboratorio del Diablo


Cuando los Imperialistas Colonizadores del “yo” europeo llegaron al continente americano y exterminaron a nuestros ancestros con la barbarie y codicia más inhumana y vil, la sabiduría ancestral de los pueblos nativos-autóctonos fue, brutalmente, ultrajada, violada, manipulada y lo poco del saber milenario de estos pueblos fue condenado al peligro de extinción. La civilización occidental, a más de saquear las riquezas y exterminar a pueblos enteros, por oro y poder-mundial-imperial, implantó con la peor de las violencias epistémicas a un falso Dios, una mentirosa trascendencia, una diabólica filosofía del “yo-sujeto-razón”, cuya base se encuentra en la religión monoteísta del “Yo soy el que soy, el único Dios, tu Señor, tu Amo”, una abominable mitología del egoísmo, la religión de la mezquindad, la decadente sociedad del “ego”, para arruinar la psiquis humana, base de la mentalidad de “occidente” y su esclavizante modelo civilizatorio.

Hablar de un “yo” americano es reproducir esa violencia re-colonizadora de esta nefasta filosofía occidental. El “yo” y el “otro” son categorías propias del modelo dominante, nuestros pueblos siguen siendo explotados por el sistema egocéntrico diseñado para enajenar al ser humano y convertirlo en un agente de su propia esclavitud. Y es, justamente, el pensamiento imperial dominante que aniquila a las “otras” culturas con látigo y Biblia en mano, obligándolas a adoptar la cosmovisión imperialista (la idea nefasta de un solo Dios es tan nociva como la idea de un solo Estado y de un solo modelo de vida, impuesto por la ley de quien más tiene, los amos del “mercado mundial”, los nobles egoístas elegidos por su abominable y egocéntrico “Dios único”). Desde que el primer ser humano se sintió “elegido” para mandar a otro por un insano ego-centrismo, empieza la hecatombe moral, con las perversas y diabólicas palabras “yo” y “mío” se diseñó una de las peores y decadentes civilizaciones de la historia humana.

Ahora, el único modelo de pensamiento para los “excluidos” de la ego-cracia subyace solamente en la RESISTENCIA constante contra toda la barbarie de la realidad impuesta, como el Estado, el modelo económico capitalista, la egocéntrica judeo-cristiandad monoteísta, la filosofía del “yo”, etc. La guerra gnoseológica es provocada por un Imperio voraz que desea arruinar a los seres humanos usando al “yo” como herramienta. El sujeto, la seguridad racional está en guerra contra la realidad desconocida y misteriosa de “lo otro”. La naturaleza es vista como lo “otro”, la civilización es el “yo”, de esta forma la naturaleza es explotada y destruida por el “yo civilizado” que está devastando este planeta y que nadie quiere aceptarlo porque la sociedad capitalista está tan encerrada en la burbuja psíquica del egoísmo, propagada por todos los medios del sistema-carcelario-global. Los esclavos y la servidumbre son también el “otro” que coincidencialmente son las razas explotadas y vejadas en el transcurso de la historia, como negros e indígenas, mientras que el yo-blanco-europeo son los “nobles” y “amos”. Se anulan así los “otros” saberes de los “otros” pueblos y de las “otras” razas y se impone el modelo del “Yo Soy” con la fuerza bruta, la ignorancia más atrevida, y un masivo lavado de cerebros de la historia: la occidentalización del mundo, la globalización, donde se esparce como pestilencia el “yo” como un vómito epistémico.

La división objeto y sujeto no forma parte de la cosmovisión milenaria de los pueblos nativos que todavía tratan de salvar. Para ellos, objeto y sujeto son uno, solo existe la conciencia en relación con la no-conciencia, el “yo” no puede existir sin el “otro” ya que el “otro” es el “otro yo” y no hay una subjetividad primordial ni tampoco una objetividad total. La relación directa del ser humano con la naturaleza, con la vida, con la Tierra y el cosmos hacen desaparecer la dicotomía sujeto-objeto, la materia es espíritu y el espíritu materia, y todo está interconectado, todo está sincronizado, desde la flor creciendo, el canto de los pájaros, la tempestad tropical, el hombre buscando alimento, en todo hay un mismo espíritu, la energía que fluye en las venas del ser VIVO que es el Pluri-Universo. La armonía y libertad del ser humano depende de cómo éste se relacione con esta fuerza-energía que está en todas partes, de cómo trate a los animales y a todos los seres vivos, depende de cómo se relacione con los elementos. Si no encuentra la armonía con el Todo, el ser humano se enajenará de sí mismo, perderá su orientación en el cosmos y caerá en una profunda angustia y ansiedad, como la actual Humanidad “civilizada” que está extraviada, hundida en el egoísmo, la desesperanza ha mutilado sus sueños, está diseñando la hecatombe.

Desde la filosofía nace una ideología en la que el hombre es superior a la mujer y a la naturaleza, y que por ser el Amo podía usufructuar hasta los últimos recursos, letal error de la estupidez humana que está llevando a una progresiva catástrofe propia del fin de los tiempos. Esos pseudo-pensadores que vieron en el “yo” una supremacía sobre “lo otro” para ser utilizado son los verdaderos criminales que con perversión construyeron un orden mundial brutalmente depredador que está destruyéndolo todo. El capitalismo se basa en ese “yo” tirano y absoluto, en ese egoísmo que compite con otros egoísmos a muerte por la subsistencia, la riqueza y el poder. Una competencia a muerte que se refleja en las cientos de guerras que azotan actualmente a los pueblos pobres de este planeta. El “yo-blanco-europeo”, lleno de codicia y sed de Imperio, colonizó a los cinco continentes y pueblos del mundo para formar ahora su “globalización” o Nuevo Orden Mundial, el desenlace de una sangrienta historia de salvaje imperialismo. El “yo” capitalista y el diabólico amor al dinero y al poder son en esencia la base de todo un sistema de pillaje y robo que enriquece a las minorías en detrimento de las inmensas mayorías. El occidente imperial es producto de la creencia en un supuesto progreso material, un falso desarrollo tecnológico que lo único que muestra es la involución y el deterioro de la vida humana y su entorno, el “yo” es otra de las categorías que forjó la opresión y la esclavitud, la base de la máquina infernal asesina llamada civilización occidental.

El pienso luego existo” del rosacruz Rene Descartes fundó las bases de la depredadora Modernidad, el enajenado pensamiento utilitarista pragmático, la ciega ciencia positiva, el suicidio colectivo del industrialismo, base de la construcción de la Bomba Atómica. El racionalismo cartesiano es co-responsable de las catástrofes de Hiroshima, Nagazaqui, Chernobil, y de que actualmente la humanidad se encuentre en una suicida carrera armamentista tecnológica usando no solamente bombas nucleares, sino también virus biológicos, químicos letales, antimateria, ondas electromagnéticas, etc. La filosofía occidental, basada en la razón y en la creencia en un solo Dios, nos está llevando a la perdición total. El nihilista Friederich Nietzsche, denunciaba ya en el siglo XIX que toda la filosofía occidental es la historia de un error, y por ello declaraba que una hecatombe moral aniquilaría esta civilización, que la decadencia total es inminente.

La “realidad” que fue impuesta con esclavitud y masacres en el “mundo globalizado” fue elaborada desde el pensamiento, para continuar esclavizando a los seres humanos con farsas ideológicas como lo de la “democracia”, el libre-mercado, el consumismo, el racismo, ideología del materialismo egocéntrico insano.

Muchas tribus que habitan en los entornos naturales como selvas y montes y que tienen muy poco contacto con la genocida civilización, se preguntan como el ser humano puede “apropiarse de la tierra” si somos hijos de la naturaleza. El Estado y la propiedad privada, baluartes del egoísmo diabólico, están tratando de invadir todas las tierras para seguir saqueando los recursos naturales, y los pueblos son a-culturalizados y ultrajados por los traidores de la inter-culturalidad como las ONG´s y su voluntariado imperiales y las hipócritas fundaciones de ecologetas quienes valoran más el beneficio económico antes que la naturaeza y la soberanía y dignidad de los pueblos humanos. La propiedad privada es más que un robo, es la clara expresión de la filosofía del diabólico “yo” que separa y enajena. Si todo está relacionado con todo, el ser humano no es ni superior ni inferior que el agua del río, que los árboles, plantas o animales… Si el ser humano rompe el equilibrio, entonces la naturaleza misma lo reestablecerá, por ello la humanidad que mira el beneficio económico por encima del respeto a la vida se está condenando a sí misma.

Si pensamos desde la realidad concreta, intuimos que la satánica ideología capitalista, escudada por las instituciones judeo-cristianas y su insano egoísmo, se encuentran dominando y ejerciendo su poder brutal en todos los ámbitos de la vida humana a nivel mundial. Sin embargo, nos daremos cuenta que los “otros saberes” del pensamiento nativo-autóctono (chamanismo, brujería, vudú, santería, magia, paganismo, etc.) son entonces RESISTENCIAS y desobediencia intelectual y ética ante el modelo opresor de la civilización “racional”, egocéntrica y materialista, y pueden ser también una flecha de fuego que vaya al corazón de esta ignominia social, que destruya esos estamentos filosóficos que han devenido en la genocida ideología imperialista.

La urgencia de un nuevo modelo de pensamiento que respete a los derechos básicos de las culturas, pueblos y formas de vida diferentes es algo que cualquier pensador comprometido con la liberación debe tomar en cuenta.