1) Pensar el objeto u objetivizar al pensamiento.-
Pensar no es actividad de un “yo”, ya que el “yo” no existe, el “yo” es producto de la cobardía de no poder verse a sí mismo como “otro”. La inteligencia, la reflexión sobre la propia existencia, el cuestionarse sobre la existencia de todas las cosas, satisfacer la innata curiosidad por el conocimiento y sabiduría es instinto, y no producto de un “yo”. Somos una legión de emociones, sentimientos, nervios, sangre, pensamiento, reflexión, mente, deseo, voluntad, creatividad, SOMOS LA POSIBILIDAD INFINITA…
No se puede hablar del estado de vigilia como la conciencia de un “yo” producto de la imaginación, esa es la psicopatía y el vicio de la psicología y la psiquiatría. El estado de alerta es poner atención a cada oscilación del ánimo interior, la super-percepción de sí mismo y del entorno. La carne, la sangre, las venas, los músculos, los órganos, los nervios, los huesos, SON PARTE DEL ESPÍRITU. Cuando entramos en estado de alerta, ponemos atención a todas las cosas gracias al Templo Sagrado que es nuestro Cuerpo, esencia de la psiquis. Somos un Universo en miniatura en donde cada minúscula parte influye en la Totalidad, porque Todo es pensamiento, Todo es psiquis, todo influye sobre todo en la mente infinita. Cada partícula sub-atómica tiene una inteligencia, cada célula de nuestro cuerpo tiene un “código inteligente”. El carácter, fenotipo y genotipo humano, depende de ese “código inteligente” que se encuentra en cada una de nuestras células. Nuestra forma de ser, pensar y actuar viene de ese “código” que trae la información de nuestros ancestros, el karma de nuestros ancestros. De allí que sea tan absurdo hablar de un “yo”, cuando en verdad somos un Nosotros.
2) Sincronía con la mente infinita y éxtasis místico.-
Sincronizar con la mente infinita es una característica del estado de alerta, cuando la super-percepción nos hace comunicarnos con la “lengua de los pájaros”, donde abundan las coincidencias, señales, mensajes, sincronías, cuando todo se vuelve simbólico: colores, números, letras, símbolos, formas, todo adopta un significado mágico. Así hay una sola unidad entre “objeto” y “sujeto”. Pero, lamentablemente, la filosofía de la decadencia, nacida en la cuna occidental, se ha encargado durante los últimos seis mil años de matar la magia y arruinar al pensamiento simbólico, se ha inventado un “yo” que separa y enajena y que lo llamaron “razón”. Tremenda alienación es la base de la ruina de la humanidad contemporánea, desde entonces la relación del humano con la naturaleza se ha ido deteriorando hasta el paroxismo. Cuando el humano perdió la sincronía con la mente infinita y dejó de hablar la “lengua de los pájaros”, se enajenó de sí mismo, perdió su propia voluntad en armonía con el todo, se vio como un ser separado, solo y arrojado al absurdo.
La Gran Obra es la realización total de sí mismo, de la propia voluntad en armonía con la mente infinita, es sincronizar con la voluntad de todas las cosas, sincronizar con el viento, y ser dueño del destino. Cuando uno siente plenitud espiritual, fortaleza del alma, alegría infinita, coraje de ser, está en equilibrio con sí mismo y con todo, está realizando su misión, entonces siente la experiencia del éxtasis, una sola unidad con la totalidad, siente en su ser algo como ese divino vacío del orgasmo, lo que los místicos llaman erróneamente “experiencia de Dios” ( pues el concepto “Dios” es solo una metáfora para explicar la experiencia inefable y misteriosa del éxtasis de sentir el Infinito) Los místicos abusaron del concepto de “Dios” e “iluminación” y convirtieron a sus experiencias con el Misterio del absoluto en doctrinas y teorías que devinieron en las nefastas religiones institucionalizadas que arruinaron y esclavizaron a la mayor parte de la humanidad. La expansión espiritual hacia el Infinito conlleva a enfrentarse con el Misterio de la vida y de la muerte, vivir el éxtasis de lo inefable del infinito también conlleva a cruzar el abismo del misterio y morir, matar la conciencia errónea del “yo” y expandirse hacia las esferas celestiales por encima de sí mismo.
3)La razón de la respiración.-
El misterio es inherente en todas las cosas, el estado de alerta es estar en constante resonancia con la vibración de la Fuerza que fluye en las venas del Universo. Estar despierto es mirar la cara al Infinito, al Misterio de la existencia, es admirarse por la perfección de la naturaleza, y preguntarse por lo fundamental de la Vida, la razón de la respiración, sentir en el corazón de uno mismo el corazón de las galaxias, sentir la fuerza del núcleo de cada estrella, fundirnos en esa fuerza, ser uno con el infinito, y volver a nuestro estado primordial de super-dioses, como espectros de Luz en el regazo de la infinita Diosa Oscuridad. Así como es arriba es abajo, nada es superior ni inferior, las fuerzas fluyen caóticamente en el tragi-cómico juego cósmico, los ciclos se repiten eternamente, no hay un comienzo ni un final, la entrada es la salida, el juego es perderse en el laberinto universal. El ser y la nada están en perpetuo coito de amor en el Fluir de la Divina Fuerza. Estar vivo es un misterio, morir es resolverlo, la naturaleza nos enseña que la vida y la muerte, el dolor y el placer, la alegría y la tristeza, SON UNA SOLA FUERZA, toda las dulces frutas se pudren en el transcurso del tiempo, todo animal envejece y muere, pero nunca deja de haber árboles con frutas ni animales copulando, la naturaleza es la sagrada fuerza que eternamente se crea y se regenera.
Pero cuando el ser humano se alejó de la naturaleza y de su sagrada animalidad, se extravió, sintió la separación del “yo” y del “objeto”, perdió la razón de la respiración, y desarrolló así una civilización insana y materialista de explotación y destrucción de la naturaleza, se volvió un ente egoísta sin afecto sobre “lo otro”, se convirtió en la más peligrosa especie de este mundo. Cuando perdió el vínculo emocional con la naturaleza, la humanidad firmó su propio epitafio en este civilizado tren al abismo. Perdió el momento mágico del “eterno presente” al subordinar su vida a un futuro inexistente, en pos del utilitarismo, individualismo, egoísmo, y una hipócrita responsabilidad social y progreso. La Moral, la Ciencia y la Religión impuestas sirvieron para castrar a la humanidad, arruinarle y esclavizarle, para alejarle de sí misma y para que no vea teniendo ojos, que no escuche teniendo oídos, que sea un ciego esclavo, manipulado por los amos de la supuesta “verdad”…
El “fin del mundo” es una aberrante idea religiosa que está siendo plasmada en la vida real concreta por los mismos manipuladores del conocimiento y la filosofía, los que se inventaron el Génesis, el “yo”, Dios, el tiempo lineal, el Progreso a la perdición, la Moral de los esclavos, la Ciencia Mentirosa, etc. son los agentes de la ruina y la esclavitud. Ahora ostentan el poder mundial y quieren el Apocalipsis para exterminar a la humanidad, que creen ser inferior. Estos insanos seres humanos fundamentalistas-apocalípticos, judeo-cristianos-masones en el poder, manipuladores del conocimiento, artífices del Apocalipsis y del nuevo orden mundial, son la esencia de la decadencia, los tiranos del “fin del mundo”, los ignorantes magos negros a quien hay que combatir por la dignidad y pronta liberación… HAY QUE ESTAR ALERTA…que la brutal caída de esta civilización no nos tome por sorpresa y que estemos listos para renacer desde las cenizas hacia un nuevo ciclo en este eterno retorno…somos la posibilidad infinita.