En tiempos de hecatombe, hay que tener cuidado sobre qué pensar: el cosmos todo está temblando, la guerra de los universos en su etapa crucial, las sombras empujando al hombre a la perdición total. Cuando el cielo se cae en pedazos de putrefacción, cuando la tierra envenenada y violada da cobijo a una enferma humanidad, cuando toda la sociedad está en un agujero negro de pura ignominia, cuando la decadencia está en su paroxismo, la infamia reina al mundo, los ojos sin brillo del robot-zombi-esclavo masificado sirviendo al sistema de la muerte y de la podredumbre es la abominación, toneladas de carne humana esclavizada sostienen así los festines y orgías de los pocos criminales y mafiosos que dominan desde la cúspide piramidal al mundo entero. Kaliyuga.
El humano que no se pregunta por el sentido y propósito de su propia existencia y que no se cuestiona por la última explicación de los universos, es un humano ignorante (ignora el hecho real de que no sabemos a ciencia cierta a donde vamos ni de donde venimos en este infinito y misterioso caos). La mayor parte de humanos son rebaño, cualquier farsa del mercado de ideologías y religiones llena el espacio de su inquietud fundamental, los débiles y cobardes se aferran a las “tradiciones” que han enseñado en el transcurso de los milenios las élites para imponer un modelo de pensamiento y succionar así las energías de la vida, un modelo de esclavitud.
Hoy en día escasean los poetas, guerreros, santos y genios, héroes de sangre, que crean para sí mismos religiones y filosofías desde su percepción misma del infinito universo, nadie quiere crear por sí mismo su propia visión del mundo porque no se atreven, están sometidos al instinto del rebaño, la mayoría no es sino máquinas-robots de carne sirviendo a la tiranía ideológica de turno. Todo axioma es convención, toda verdad y moral impuesta por cualquier Dios es una impostura, son en realidad artificios de los poderosos para mantener dormida y zombificada a la débil y masificada humanidad, son dogmas elaborados en los laboratorios del pensamiento, impuestos con sangre, muerte y genocidio, con miedo. Así, todo apego a cualquier pensamiento religioso o filosófico es la muerte de la creatividad, la muerte de la magia, la muerte del arte de crear mitos y explicaciones últimas de la existencia en este juego del laberinto infinito.
Aun nada está determinado, y nunca lo estará. La psique humana (la mente) puede llegar a los confines de todos los universos, más allá del viento, más allá del infinito, pues el simple hecho de estar conscientes de la existencia toda, es ponerse por encima de la consciencia, es estar por encima de todo, nadie tiene la verdad absoluta porque simplemente no existe. No hay ningún Dios en aquel indeterminado lugar del pensamiento, Dios es cobardía, la divinidad está en la respiración, y toda mitología y religión no son más que un cuento para niños que trata de explicar por símbolos lo inexplicable de la totalidad. En el peor de los casos, Dios no es más que la nefasta idea de unos cuantos innobles genocidas para mantener subyugada a la humanidad, una infamia política. Pues la psicología de la religión es psicología de masas: toda religión es una repetición de símbolos e ideogramas políticos que han ordenado sociedades y sistemas a favor del tirano de turno. Es imposible disociar la religión de la política en las turbulencias humanas de hoy, pues todo sistema, orden, sociedad regulada, tienen como base una imposición religiosa, imposición de cualquier verdad (mitos-religión) inventada con el propósito de dominar al débil humano sediento de respuestas que puedan sostener su vida, que puedan explicar su intrínseco no-saber.
En los últimos seis mil años una serie de mitologías de la decadencia han infestado como virus las conciencias de los seres humanos para instaurar el peor de los mundos posibles. La civilización actual se ha valido de viles mentiras (religiosas, filosóficas, políticas, sociales, etc) para levantar los edificios de la infamia, las iglesias de la ignominia, los centros comerciales de robots-zombis-esclavos, y construir así la máquina infernal monetaria que asesina a cientos de miles de personas cada día, por guerras genocidas y hambrunas provocadas en nombre de la filantropía y la beneficencia. Desde el pensamiento, los enemigos de la humanidad han forjado esta cárcel planetaria para someter y esclavizar a las toneladas de carne humana inmersas entre los cables eléctricos, cemento, polución, latas móviles, ruido, pantallas, idiotez, ignorancia de la prisión-civilización, demencia. Los mitos del poder han forjado la perdición total.
Así, uno de los nefastos mitos impuestos por el poder fue, indudablemente, el egoísta monoteísmo y la absurda creencia de que existe un tal Dios con sus elegidos, inventando una verdad, un absoluto, un uno, etc que pueda encerrar el infinito número de las posibilidades de lo desconocido. No existe ningún demiurgo (uno) más que en las ideologías impuestas por el poder de turno, el demiurgo es un símbolo de un tal “creador del universo” que maneja los hilos de la materia, un uno que intenta con totalitarismo enjaular la eterna posibilidad de lo otro, el demiurgo es otra de la múltiples formas de la manipulación política. En el número infinito de mundos posibles es inconcebible un demiurgo. Tomemos en cuenta que el mito del demiurgo va de la mano con el mito de la creación, (idea defendida por fundamentalistas judíos, nazis, católicos, etc) farsas que encierran y aprisionan la eterna posibilidad de lo eterno, y encadenan al hombre al servicio de una idea impuesta. No hay ninguna creación, ni hay un demiurgo creador para quien ha vivido en carne propia la experiencia de la eternidad.
Pero en el mercado de las ideologías, el individuo es libre para elegir la moneda teórica y el banco conceptual en el cual confiará su psique. Sin embargo, el sistema espiritual está derrumbándose, la bolsa de los paradigmas está cayendo estrepitosamente, nadie confía en nada ni en nadie, en una sociedad donde prevalece la desconfianza el derrumbe es seguro. Las verdades están siendo pervertidas por los ignorantes sabelo-todo que han prostituido a la ciencia, que han castrado la creatividad, que han llenado de farsas y viles hipocresías a la decadente humanidad con falsos axiomas y con paradigmas de la esclavitud, mientras los especuladores de “formas de ser” se llevan la ganancia porque solo reemplazan un sistema por otro, y así el zombi-esclavo consumidor, en su desesperación de intranquilo vacío, cambia su fuente última de sostén, (ejemplo: del judeo-cristiano y “demiúrgico” materialismo han pasado al satánico brujerismo) …. Así mismo, para mantener erguido al sistema, los políticos mandan guerras genocidas en una universal guerra santa para reciclar las creencias y continuar la dominación de unos sobre otros. El derrumbe universal es producto de la demencia de los hombres y sus inventos de dioses… todo es una locura, una infamia.
La tierra tiembla, el virus de la civilización está carcomiendo como gangrena al planeta, la sífilis del espíritu aniquilando la vida, la porquería humana del mundo “desarrollado” infectando al mundo con desechos nucleares, radiación, cultura de masas, oprobio mental, religiones recicladas, atrocidades psíquicas, idiotez, imbecilidad que exportan a las colonias “subdesarrolladas” del nuevo orden mundial: hijos matando a sus padres, los padres violando a sus hijos, el enfermo mental y psicópata asesino líder con título de nobleza y honorabilidad, aglutinado en sociedades secretas de la infamia, manejando los hilos de toda la inmunda sociedad….Y a la mayoría le vale un comino la vida de Otro, solo les importa su ego y hacer dinero en esta era de la pura mezquindad, los pocos en la cima piramidal (judíos-masones-illuminati) se indigestan de matanzas y hambrunas, mientras los muchos son sus esclavos…Y para equilibrar las economías del despilfarro y de la inmunda orgía, mueren al menos 100 000 personas a diario en guerras y hambrunas, en el plan de globalización de los traidores pos-marxistas, su socialista Novus Ordo Seclorum, consecuencia primera del capitalismo, su transición. Las masas zombificadas rinden pleitesía a los pocos infames cerebros que han diseñado esta infame sociedad mundial (banqueros, mercaderes, tecnócratas, comerciantes, joyeros, etc), y pronto en la era de la ignominia, todo se hundirá….
El hombre despierto solo mira con indignación e ira como han hecho del paraíso Planeta-Tierra, un verdadero Infierno.
Cada cual en su hecatombe saltando al precipicio, da un paso más hacia el extremo cero de la decadencia, mientras la consciencia y la psique colectiva sigue manipulada, perturbada y enferma por las atroces ideologías político-filosóficas de la dominación y la esclavitud de siempre. Parece que seguimos marchando en este mundo hacia el cataclismo…y todo parece normal en el “plan del demiurgo”.