Friday, April 09, 2010
EL CASO DEMIURGO
“La verdad que libera a los hombres suele ser la que no quieren oír”
Herbert Agar
El profundo miedo y odio a lo divino de lo Desconocido, y el bajo instinto de rebaño, han producido plasmas mentales, esquemas psíquicos, dogmas e ideogramas, que pretenden explicar falazmente el misterio último de la existencia. La ansiedad por responderse sobre la vida y la muerte, el miedo a la inmensidad infinita de lo Ilimitado, la inútil e incesante búsqueda de la razón última del cosmos, así como la cobardía dogmática de creerse poseedor de un conocimiento único: todo esto ha engendrado monstruos, y uno de ellos es la nefasta creencia de que existió un momento inicial, un origen primigenio de la inmensidad, una causa última y una consecución de una “finalidad”, “fin”, “mesianismo” o “misión” (teleología). Es la deformación del pensamiento y la debilidad mental hecha cosmovisión, es la concepción del “tiempo lineal” que necesita de un origen primigenio de toda la existencia, una supuesta “Creación de Dios” (génesis) para dar sentido a su nefasta visión utilitaria y servil del tiempo (mesianismo-apocalipsis-ragnarok), un comienzo para un fin. Es el utilitarismo de la psique, una vil manipulación mental, la pérdida del momento presente por la subordinación a un inexistente futuro. Esta creencia tan nociva producto del “tiempo lineal” se basa en la necesidad metafísica de la supuesta “Creación”, “génesis”, u “origen de todo”, que junto a la creencia de la “finalidad” y el “mesianismo” sirven para alejar al ser humano del despertar, de la experiencia del Infinito y de la Eternidad. Todo monoteísmo creacionista (judaísmo, islamismo, cristianismo, satanismo) defiende el “tiempo lineal” de la sucesión con la creencia en una supuesta “Creación” hecha por un “diosesillo” que diseñó y creó todo el universo (el “Demiurgo”, proveniente de la palabra usada en Atenas que designa a un artesano, artífice u orfebre, de la palabra Demos – Pueblo y urgos - trabajo, Trabajador para la Gente)... pero ¿cómo pudo crear un artífice el infinito número de universos?
Este nefasto ideograma se origina con las primeras ególatras y megalómanas religiones monoteístas-creacionistas del antiguo esclavismo de Egipto, donde se adoraba a un “dios-creador-único” regente del “destino” (Ra-Atón que representa al Sol, símbolo del “padre”), una entidad mental que también llamaban “demiurgo” y que supuestamente de la “Nada” creó todo el infinito universo. (¡…?) La religión más influyente de este falaz paradigma es el judaísmo que predica esta deleznable creencia monoteísta-demiúrgica de que existió una supuesta “Creación”. La cábala hebrea (conocimiento mágico del idioma asociado a la magia de los números, colores, símbolos geométricos) llama al “demiurgo” IOD HE VAU HE o YAVÉ, el dios único supuesto “Creador”, base de la creencia monoteísta ególatra megalómana creacionista (mi dios es el único dios, mi conocimiento es el único conocimiento, mi sabiduría es la única sabiduría, yo, yo, yo). No solamente es un peligroso servilismo del espíritu hacia un dogma político-religioso, también es la negación de la Eternidad y del Infinito. El pensar que un dios único creó el infinito universo es un esquema mental, un andamiaje conceptual, un paradigma, tan nocivo y cerrado que nos aleja de nosotros mismos, nos aliena, porque niega el infinito de lo Desconocido y anula la posibilidad de lo que podemos llegar a ser, mucho más gigantes que un “demiurgo”. Pensar y afirmar tercamente que existe un tal “demiurgo” es dar combustible a la ideología judía, base de la política del autoritarismo piramidal religioso que sostiene al totalitario sistema establecido mercantil, la imposición de falsas verdades y dogmas religiosos para la esclavitud mental. El monoteísmo demiúrgico es una cárcel espiritual base de toda jerarquía y verticalidad, además de dogmatización del conocimiento y ceguera mental. La creencia dogmática en un tal “demiurgo” llega apaciguar el miedo por el Misterio de lo infinito Desconocido, además arruina nuestra admiración por la magia de todas las cosas, aleja nuestro extrañamiento hacia la existencia, duerme nuestra fundamental curiosidad de niño. El dogma del demiurgo es un verdadero suicidio.
El presente texto pretende analizar el “Caso Demiurgo” como uno de los problemas judíos que hay que poner mucha atención, ya que la supuesta rebelión contra el “demiurgo” promovida por la nueva era gnóstica y el hitlerismo esotérico, es absolutamente judía. La rebelión contra el dios judío es un problema interno del judaísmo, un problema de la familia judía, un conflicto del esquema mental judío del tiempo lineal y de la “Creación” del tal demiurgo-Yavé. El gnosticismo es una escuela filosófica judía, así de tajante. Hay que tener mucho cuidado con lo que uno cree o piense, y mucho cuidado en acentuar y alimentar al paradigma autoritario de que existe un supuesto “dios único-demiurgo” en el esquema mental para esclavos del mercado de ideologías del sistema establecido. No hace falta conocer al pie de la letra la historia del judaísmo para uno darse cuenta que la cosmovisión del gnosticismo, que supuestamente está en guerra contra el dios de los judíos desde el instante mismo de la “Creación”, forma parte también del esquema mental judío del tiempo lineal. Si no existiera el “demiurgo” judío, los gnósticos perderían su razón de ser, tendrían que inventárselo para dar sentido a sus existencias. La rebelión contra el “demiurgo” es un paradigma usado como herramienta para fortalecer el ideograma judío en la psique colectiva y dar combustible al esquema mental del sistema establecido. Es decir, rebelarse contra el tal “demiurgo” es una estafa, una falaz guerra espiritual, otra nefasta religión. Afirmar el mismo paradigma de la existencia de un demiurgo judío desvía la fuerza psíquica hacia una fantasiosa guerra de fantasmas. Según los gnósticos, quienes prepotentes piensan ser dueños de un conocimiento único, (del griego gnosis, conocimiento), la “Creación material” del supuesto demiurgo es una condena, una prisión, una calamidad, una cárcel, y niegan la vida con amargura, con odio y rencor, desprecian la existencia y a la naturaleza, la mayoría son misántropos. Jorge Luis Borges nos recuerda una máxima del gnosticismo: “el espejo y la cópula son abominables porque reproduce el número de hombres”. Son serviles a unas entidades -“dioses” que supuestamente son más “absolutos” que el “demiurgo”, un "ser superior" (otra egolatría de mi dios es el único dios) que está en el reino del espíritu. Los llaman hiperbóreos, Lucifer o Wotan, y otros varios nombres de dioses-demonios-vampiros que supuestamente existían antes de la caída y condena de la supuesta “Creación del Demiurgo”. Ambos esquemas mentales, el judío y el gnóstico luciferino, se retroalimentan, beben de la misma fuente satánica. Esto se reproduce también en el texto religioso judío del “Evangelio de los Vampiros”, que recientemente invadió Internet, donde los supuestos dioses-demonios de la oscuridad (vampiros) están en guerra contra los dioses creadores demiúrgicos (ángeles de luz), con el mismo esquema dualista (A no es igual a B, oscuridad contra la luz), además de tener el mismo simbolismo gnóstico de la “Creación” del funesto demiurgo, el mismo símbolo demencial del “pecado original” de Adán y Eva, con el mismo símbolo nefasto de la raza de Caín y de la hermandad de la serpiente, etc… Este pensamiento del “vampiro evangélico judío”, así como el gnosticismo luciferino, tienen el mismo servilismo teológico dualista hacia “dioses-demonios” -Hiperbóreos- que supuestamente vivían antes de la “Creación” (en el útero de la oscuridad) y que están en guerra ahora contra el supuesto demiurgo Yavé-creador, dios de los judíos...(que pena que tantos débiles mentales estén encallando en este esquema mental judío y no se den cuenta que están siendo absorbidos por el sistema judío que supuestamente están el lucha, conscientemente lo apoyan mientras prediquen el gnosticismo nazi). Esto es producto de la fe ciega, debilidad mental y la devoción dogmática religiosa que peligrosamente siempre termina en fanatismo y fundamentalismo…
Para una persona despierta, es evidente que los supuestos demiurgos e hiperbóreos son un solo ideograma, elementos de un solo paradigma, de un mismo esquema mental: gnosticismo antisemita y judaísmo son dos caras de una misma moneda. La misma judeo-masonería gnóstica blavatskiana predica las mismas ilusiones sobre el “Creador de la materia”, el demiurgo. En la “Doctrina Secreta” de Helena Blavatsky se lee:
“ se admite un Logos, o un ‘Creador’ colectivo del Universo; un Demiurgo, en el mismo sentido en que se habla de un Arquitecto como ‘Creador’ de un edificio; aunque el Arquitecto no hubiera tocado ni una piedra siquiera, sino simplemente hubiera elaborado el plano, dejando todo el trabajo manual al cuidado de los operarios. En nuestro caso fue el plano trazado por la Ideación del Universo, y la obra de construcción fue entregada a las Legiones de Fuerzas y Potestades inteligentes. Pero aquel Demiurgo no es una divinidad personal, esto es , un Dios extracósmico imperfecto, sino una colectividad de Dhyan Chohans y de las demás fuerzas”.
Siguiendo el mismo esquema mental de Madame Blavatzky, también predican este paradigma judío gnóstico, el masón de Albert Pike (fundador del Ku Klux klan) quien llegó a afirmar:
“la Gnosis es la esencia y el meollo de la Francmasonería. Hay quien ha dicho que la “G” de la Estrella Flamígera y otros signos y emblemas masónicos incluye también a la Gnosis, junto con otros conceptos abstractos y universales como Geometría, God o Dios en Inglés, o la primera inicial del G:.A:.D:.U:..
El Demiurgo, o hacedor de este mundo imperfecto, al multiplicar con su espuria creación la materia, sería un ser malvado y opuesto al verdadero Ser Supremo, del cual surgió".
El masón mago negro de Aleister Crowley (“el hombre más malvado del mundo”), y el masón de Gabriel López de Rojas (encarnación de Baphomet), también veían a Satán, Lucifer y Baphomet como el opuesto en guerra contra el supuesto demiurgo-creador Yavé…(ambos la misma insanidad) Pero estas ciegas y serviles marionetas masónicas de la abominación, gnósticos-judíos, no vieron que ambos símbolos (dios/diablo) son producto de un mismo ideograma judío del lavado cerebral dualista. El origen mismo del gnosticismo es judío y parte de la nefasta idea del dualismo maniqueo, al predicar la rebelión contra el “demiurgo”. El gnosticismo nazi afirma sin tapujos, enceguecidos por el dogma, la existencia del “demiurgo” y del opuesto “Ser Supremo” hiperbóreo, padre del creador de todas las cosas, causa última, o verdadero “creador” de la materia y del universo. Estos principios forman la base de todo el andamiaje filosófico, político y religioso del sistema judío monoteísta del dualismo/monismo. El demiurgo necesita de su opuesto, el hiperbóreo “Ser Supremo” (Lucifer), intensificando la dualidad como necesidad metafísica: creación/anti-creación que nace del mismo sistema maniqueo, materia/espíritu, cuerpo/alma, luz/oscuridad, bien/mal, día/noche, dios/diablo etc. que tanto daño ha causado en la psique colectiva, y que ha enajenado y envenenado el ser íntegro del ser humano, para alejarlo del despertar, de la plenitud y de su realización, para engañarlo y castrarle el éxtasis.
Pero si vemos que toda polaridad son gradaciones de una misma cosa, la ilusión dualista se desvanecería. Por encima del uno y del dos, está el “no-dos” que no es ni el cero ni el tres. Por encima del blanco y del negro está el gris, por encima de la creación y de la anti-creación está la eternidad. Nosotros, los espíritus libres, estamos libres del complejo psicológico y trauma del odio infinito de la dualidad (aquello que odia el amor). Para nosotros que hemos vivido la experiencia del infinito y de la eternidad y que no tenemos pánico a la Inmensidad, no existe ningún demiurgo ni ningún creador de la materia, le pisamos al demiurgo y al hiperbóreo como a unas hormigas. Quienes hemos experimentado la extensión del espíritu hacia el infinito del éxtasis, el demiurgo no es más que una mala idea. Para nosotros, nunca hubo un momento inicial o causa última de todas las cosas, ya que el infinito siempre ha existido y siempre existirá…. el misterio de lo DESCONOCIDO es mucho más vasto que todo dogma de cualquier sabelo-todo gnóstico.
El execrable filósofo griego occidental, Platón, quien perteneció a sociedades secretas egipcias, reafirma la dualidad judía gnóstica con su nefasto pensamiento del mundo “ideal” contra del mundo “sensible”. Separa y enajena nuevamente el ser íntegro del ser humano al dividirlo en “cuerpo” y “alma”, “materia y espíritu” y como buen gnóstico judío, despreciador del cuerpo, odiador de la vida y de la existencia, considera al “cuerpo” una cárcel del alma, odia la realidad sensible, amargado odia la vida y la materia a través del dualismo materia/espíritu, inventándose todo un “mundo ideal” para evadirse de la realidad sensible concreta que con desesperación niega. Según el idealismo platónico, despreciador de la vida, en el mundo “ideal” supra-terrenal se encuentran las ideas arquetipales que funcionan como modelo del mundo material sensible. ¿Y adivinen quien es el que moldea estas ideas-modelo en la materia, esencia también de la filosofía creacionista del monoteísmo judío? Pues el demiurgo, un diosecillo que toma las ideas eternas para estamparlas en la materia, un ser que crea todo a partir de las ideas y que va dirigiendo todo lo que existe como un “arquitecto del universo”. Esta terca, débil y ciega explicación última de la razón de ser del cosmos, está alineada al masónico monoteísmo, a la creencia en el Gran Arquitecto del Universo que es axioma de la masonería gnóstica. Los gnósticos actuales consideran a Platón como un “santo”, ya que brinda una explicación racional filosófica a las irracionales creencias judías-gnósticas de la existencia de un tal demiurgo y de “dioses hiperbóreos” (luciferinos) que se encuentran más allá de la supuesta “Creación” y que en su estupidez y fanatismo pretenden destruir el universo, ¡…! tal como afirma la ignorancia hiperbórea del esoterismo nazi-gnóstico:
“La Sabiduría Hiperbórea, enseña que los auto-elegidos, esperan el Kairos de la Batalla Final, no para instaurar un nuevo orden sino para destruir el Universo y retornar a la Patria Original del Espíritu, junto a Wotan-Lucifer- Adolfo Hitler”.
Los judíos gnósticos y sus gemelos nazis celebraron el dualismo platónico ya que concordaba con sus ideas de desprecio a la existencia inmediata y su megalomanía ególatra religiosa. Además de alejarnos del sentido de la Tierra y de la realidad primera que es nuestra propia vida, nuestra liberación, el idealismo platónico, fortalecido por el realismo aristotélico, y luego por el gnosticismo, fusionó muy bien con la nefasta filosofía cristiana de la Edad media, con San Agustín y Santo Tomás de Aquino quienes también despreciaban la realidad inmediata, como los gnósticos, satanizando al mundo real por cobardía y miedo a la existencia, para llegar supuestamente al fantasioso “Dios del Cielo”. Estos pensamientos decadentes fueron la base de toda la estructura social de la esclavitud y servilismo del occidente judeocristiano, que predica la existencia de un “cielo” para aliviar las angustias y miserias terrenales. Se acentuó el dualismo judío gnóstico platónico de materia/espíritu, de tal manera que se fueron asentando las columnas del totalitario sistema mercantil capitalista, que en sí es una exacerbación de burdo materialismo producto mismo de la dualidad materia/espíritu. Afirmar que todo es espíritu (Hegel) o que todo es materia (Marx) son falacias que no pueden explicarse la una sin la otra, porque desde el racionalismo enajenante del principio de no-contradicción, la dualidad predomina en estas falacias. Jamás podrán ver los ciegos enfrascados en el dualismo que la materia es espíritu y que el espíritu es materia, porque se romperían sus esquemas y su ego se desvanecería (¡mindblowing!)… Los que ven una danza en vez de una lucha de opuestos han trascendido la dualidad…
Es obvio que uno tiene que vencerse a sí mismo para librarse de sus propias limitaciones en una verdadera guerra interna, pero esto no tiene nada que ver con la farsante e inútil “rebelión” contra el mito y la fábula del demiurgo-creador para llegar supuestamente a la región del espíritu de los hiperbóreos, porque eso es un servilismo del espíritu, nada que ver con la guerra interna por la liberación. Una guerra del “espíritu contra la materia” retroalimenta el dualismo materia/espíritu, cuerpo/alma, que tanto beneficia al orden dualista mercantil de la esquizofrenia inmunda del sistema establecido. ¿Acaso no pueden ver que la materia es espíritu? Esto no es materialismo, es la legítima superación de la nefasta dualidad ¿No ven que la materia se come a sí misma en la eternidad de las eternidades, y que la materia en sí contiene la consciencia del espíritu? ¿Acaso no pueden ver que nunca hubo un comienzo ni habrá un final en la gran espiral?
La rebelión gnóstica contra el “demiurgo” es una falacia mental que aleja al espíritu guerrero de la verdadera lucha contra el sistema totalitario mercantil imperante. Los judíos usan muy bien a sus “enemigos de paja” del metafísico gnosticismo para manipular la verdadera lucha contra el sistema, para que la verdadera lucha se desvíe hacia el “mundo de las ideas” contra el fantasma demiurgo, (así mismo fueron banqueros judíos que financiaron a los nazis gnósticos con su “avatar judío” Adolf Hitler para que el antisemitismo hiperbóero sea la catapulta misma de la victimización judía y su nuevo orden mundial). Este es el objetivo del poder imperante, adormecer y entorpecer, usar a los débiles mentales y fanáticos con super nocivas doctrinas para que el orden establecido de la realidad concreta se mantenga intacto, para que la lucha no sea realmente frontal, sino en el platónico mundo ideal…. ¡¿Cómo no pueden ver esto los jovencitos lavados el cerebro?!
Los gnósticos y su rebelión contra el supuesto “demiurgo” son herramienta muy útil del sistema judío para desviar la atención de los problemas mucho más importantes de la vida real y concreta…