Lo que inició Ecuador el 3 de Octubre del 2019 es una chispa
que nadie podrá apagar. Un síntoma del desplome de la civilización, las
desigualdades e injusticias calentando las calles. En Latinoamérica se está
dando en este instante un verdadero levantamiento popular contras las
injusticias del sistema, una especie de regeneración del tejido social en el
que abunda la corrupción y la hipocresía. Lo que desencadenó el FMI con pedir
al gobierno de Lenín Moreno que quitara los subsidios a la gasolina abrió una
grieta social en el Ecuador difícil de sanar, el clasismo y el racismo producto
de la ignorancia y la estupidez se apoderaron de las personas, los oligarcas
que se llaman a sí mismos “blanco-mestizos” llaman “terroristas” al movimiento
indígena, la persecución política contra líderes y activistas se hace evidente,
el Estado totalitario enseña sus dientes. Durante las manifestaciones los
burócratas usaron un excesivo uso de la fuerza bruta policial-militar que dejó
11 muertos, 1400 heridos, decenas de personas perdieron el ojo por el uso de
perdigones y balines disparados directamente a los ojos por la fuerza pública,
práctica aprendida del Estado de Israel, decenas de casos de golpizas, gente
arrojada del puente, violaciones flagrantes a los derechos humanos, Moreno
estaba incendiando el país, si no derogaba el Decreto 883, directriz del FMI,
esto terminaba en masacre.
Luego el 18 de octubre, la revolución de los jóvenes
estudiantes en Chile generó un levantamiento popular jamás antes visto, millones exigiendo más justicia social ante una criminal cleptocracia. El
Estado asesino y opresor ha matado a decenas de personas, violado mujeres,
lanzaron gases lacrimógenos a los niños en los colegios, cientos han perdido su
ojo por la brutalidad policial, ya hay decenas de desaparecidos. La fuerza
bruta policial ha sobrepasado todo límite, recordando los tiempos de Augusto
Pinochet, los pacos enfermos se llevan niños presos, los torturan, y quien
sabe qué más harán con los cabros chicos, la represión del Estado y el régimen militar
es insano, hay denuncias de violaciones, golpizas, incendios y saqueos realizados por la Fuerza Pública. La injusticia está reinando en Chile, fuerzas militares aliados de Israel y EE.UU sostienen
el régimen heredado de Pinochet con el cleptócrata Sebastián Piñera como presidente, la sexta
persona más rica de Chile usándo la fuerza pública para matar al pueblo chileno.
Luego Bolivia, el 20 de octubre del 2019 la tensión social estalló luego de las
cuestionadas elecciones que dio el triunfo a Evo Morales,
obligado a renunciar por las fuerzas militares que recibieron una buena paga
del Departamento de Estado de EE.UU. Evo abandonó el barco hundiéndose, los
militares entregaron el poder a la senadora ultra opositora Jeanine Añez, siendo inevitable el
levantamiento indígena cocalero que respalda a Morales, y que en este instante está
siendo brutalmente reprimido por la fuerza pública provocando masacres
indescriptibles. Incluso están persiguiendo a la prensa sea nacional o
internacional para que nadie reporte sobre la brutalidad que está ocurriendo en
este país, una brutalidad respalda por EE.UU y todo el régimen de facto que
instalaron las Fuerzas Armadas de Bolivia violando indiscriminadamente los
derechos humanos, las cifras más conservadoras hablan de 34 muertos, en apenas
dos semanas que tomó el poder un régimen militar, centenas de heridos. La
brutalidad no se ha hecho esperar, para que los policías de la Paz no repriman
a a sus familiares manifestantes, el régimen llevó a militares de Santa Cruz para desatar las
masacres contra la población. El terremoto político puede degenerar
en una guerra civil de proporciones dantescas, el fuego que se prendió en
Bolivia es peligrosísimo, puede desencadenar un conflicto de impredecibles consecuenicias.
Luego Colombia,
el 21 de Noviembre empezó una protesta masiva por los miles de líderes sociales
asesinados en los últimos años con la complicidad del Estado, pidiendo que se
revoque el paquetazo de las políticas económicas de Iván Duque que benefician a
la oligarquía y a viles intereses extranjeros. La brutalidad no se ha hecho
esperar, ya van varios muertos como el estudiante de 18 años Dylan Cruz, asesinado
a sangre fría por la fuerza pública, registrado en video, símbolo ahora del
levantamiento popular que está haciendo temblar a Colombia…
¿Qué está pasando?
¿Remodelación política y social? ¿Imponer un orden mediante
el caos? ¿La implosión del neoliberalismo? ¿O Las mismas élites polarizando a
los pueblos en la vieja estrategia del “divide y vencerás”? Hollywood estrenó
el Joker el 4 de octubre, un día después de que inicie las movilizaciones del
Ecuador, las protestas continúan en Haití con más de 42 muertos por la represión
del títere de EE.UU, Juvenal Moïse, un conflicto que no parece tener solución sino
renuncia este sanguinario del poder. El mundo se está contagiando, Panamá se sumó
a las protestas contra las reformas Constitucionales, Líbano sigue protestando, Irak, Irán, etc...el 5 de diciembre hay una Huelga General en Francia liderada por los chalecos amarillos, y en este instante hay un
paro de campesinos en Alemania…estamos ante un fenómeno que todavía no podemos digerir, las sociedades
están estallando, ¿signo de los tiempos? Al parecer son dolores de parto en el que nace otro mundo…