La enfermedad COVID-19 es un arma biológica lanzada al mundo
para despoblar a la población y controlar a las sociedades humanas con una elaborada y bien diseñada ingeniería social. Quieren imponer al ser humano un gobierno mundial
totalitario donde las libertades civiles y derechos fundamentales sean borrados
de la faz de la Tierra. Un Monstruo Leviatán Dictatorial se está instaurando
ante nuestros ojos en los cuatro puntos cardinales, un grupo de tiranos coludidos
con entidades de otros planos, anhelan la dominación total del ser humano,
impedirle su natural superación, insertándole
un microchip mediante nanotecnología con el objetivo de arruinar su consciencia despierta implantando un campo
electromagnético nefasto en el planeta.
Manipulan la consciencia de las masas, para arruinarlas, evitar que piensen,
para así tomar las riendas de un Estado Global que esclavice en su totalidad a
la especie humana y luego la extermine.
Para ello, un bio-poder se ha venido diseñando en el
transcurso de los siglos, que incluye gobiernos, sistemas de salud, empresas
transnacionales farmacéuticas, fundaciones, sistemas de comunicaciones globales.
Una mafia sostiene al Gobierno Mundial soñado por los más viles psicópatas
desde la noche de los tiempos. Este bio-poder se ha venido forjando con guerras,
conquistas, masacres, y se ha instaurado con bio-terrorismo. Hoy el monstruo
sigue atacando.
En un laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan,
China, con apoyo de científicos de Harvard, en EE.UU, crearon mediante
ingeniería genética un monstruoso virus que llamaron COVID-19, en verdad SARS
2.O, el mismo Síndrome Respiratorio Agudo Grave pero re-diseñado genéticamente
con ARN de coronavirus de animales como el murciélago, y mezclado con el virus del HIV,
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Una nefasta combinación, un arma biológica creada
para deliberadamente enfermar y matar a la mayor cantidad de seres humanos. No
olvidemos las palabras de Felipe de Edimburgo, miembro de la realeza inglesa: “En
caso de que me pudiera reencarnar, me gustaría hacerlo como un virus mortal,
para ayudar a resolver el problema del hacinamiento”. Parece que no hizo falta
que reencarnara para que este virus exista, hoy por hoy, desde el inicio de la
Pandemia del COVID-19 en Wuhan se podrán contabilizar cientos de miles de muertos
en pocos meses, miles de muertos al día, en países como Italia, España o
Ecuador, las cifras son escalofriantes. Este bicho monstruoso que salió del
Instituto de Virología de Wuhan, está matando gente tal como quería Felipe de
Edimburgo y otros admiradores de la genocida y misántropa teoría de Thomas
Malthus de la necesidad de exterminar seres humanos para la gobernanza planetaria, los infames misántropos estarán saltando de una pata porque un arma biológica
de destrucción masiva bioterrorista ha sido arrojada al planeta.
En EE.UU la situación es dantesca, van ya 2100 muertos por
día, y quienes hemos seguido desde hace años como se ha formado este Gobierno
Mundial, recordará que en 2007, ya aparecían en EE.UU videos de trenes que
transportaban millones de ataúdes de material sintético quien sabe a dónde. Hoy
parece explicarse para qué eran esos ataúdes, por la cantidad de gente que está
muriendo ahora mismo por el Coronavirus en EE.UU. Se comprende también los informes
sobre la existencia de los Campos de Concentración construidos por la Agencia
para el Manejo de Emergencias (FEMA). Las libertades fundamentales han sido
anuladas a un paso de la Ley Marcial y el Estado de Excepción. La emergencia
creada por la Pandemia está fortaleciendo al Estado Totalitario Mundial no solo
en EE.UU, quien se oponga a las medidas draconianas pues será duramente
sancionado. Eso lo ha demostrado los gobiernos del mundo frente a esta crisis,
los abusos de poder no se han hecho esperar.
Y ahora, los mismos tecnócratas misántropos que provocaron
esta catástrofe quieren dar la solución con la imposición de un programa de
vacunación masiva obligando a cada ser humano a insertarse una vacuna que
seguramente vendrá con nanotecnología incorporada, para dañar de raíz el ADN
del ser humano, sincronizarle al nefasto campo electromagnético que nos rodea y
así evitar su despertar.
Si el ser humano soberano de sí mismo se negara a ser
vacunado por el totalitario biopoder, seguramente este Estado prohibirá su circulación,
y esa es la trampa: para que pueda circular libremente, y poder realizar
cualquier actividades en la nueva “normalidad” como poder ir al supermercado, será
necesario ser insertado una vacuna con microchips y ser controlado desde las
mismas entrañas. La tapa de la lápida de las libertades fundamentales cerrada
para siempre; la peor de las distopías se dibuja en el horizonte.
Pero eso no es todo, la civilización toda está temblando por
un pequeño bicho creado en un laboratorio, y ahora, una crisis económica jamás
antes vista está llegando ya con la Pandemia, muchas instituciones financieras
y empresas están cayendo como castillos de naipe y darán un golpe mortal a la
máquina del sistema capitalista. Se estima que millones en varios punto del
globo caerán en la pobreza, el hambre se agudizará, el descontento y el
malestar a un nivel extremo, una especie de Gran Depresión como una bomba de
tiempo a punto de estallar.
La inestabilidad
social es una realidad, y seguimos gobernados por los más miserables y
corruptos, las multitudes deberán luchar por sus derechos y libertades y
levantarse contra los poderes establecidos, de lo contrario, la misma
supervivencia y existencia humana está en riesgo. Se deberá exigir mayor
justicia social y respeto absoluto por las libertades fundamentales, o de lo
contrario, este Monstruo Leviatán Mundial desde el biopoder, el bioterrorismo y
el trasnhumanismo, se está alzando triunfante sobre la montaña de cadáveres que
está dejando a su paso.