La situación es intensa, hay avistamientos de OVNIS a gran escala por todo el planeta, y no sabemos a ciencia cierta si son del gobierno-profundo, aliado de las fuerzas hipernegativas “comecerebros” que vienen a alimentarse de la energía vital humana para dominar la dimensión material; o si son de otras civilizaciones estelares que están llegando a nuestro sistema solar alertados por la brutalidad y estupidez que reinan en el planeta y la pura insensatez que está provocando una guerra atómica que afectaría no solo a la dimensión material sino también a los otros planos.
La Estación Espacial Internacional registró 150 avistamientos
Por un lado tenemos el Proyecto Blue Beam (Rayo Azul) que consiste en simular con hologramas una invasión estelar de unos extraterrestres hostiles para consolidar el Gobierno-Mundial controlado por asesinas fuerzas negativas que han diseñado un corral transhumano (NOM) para succionar su energía vital, los “comecerebros”. Pero por otro lado tenemos también una invasión real de seres estelares que vienen a combatir a las fuerzas negativas que han tomado control, no solo de este planeta, sino de varios sistemas solares, y que podría desencadenar lo que ya George Lucas imaginaba en la “Guerra de las Galaxias”.
Ambas
posibilidades son reales, y es posible que en nombre de la bondad, de la
libertad, en nombre de Dios, las fuerzas más negativas (desolla-mentes) se
vistan de tramposos “salvadores”, “rescatistas”, “mesías”, un “rey del mundo”
para supuestamente salvar a la humanidad del cataclismo, pero en realidad es
para atraparlos en un verdadero infierno tecnocrático (objetivo último de esta
esotérica mafia que gobierna el globo). Robotizar, zombificar a la humanidad
para su total control, he ahí su objetivo, y así evitar el ascenso de
consciencia que es lo que más temen las fuerzas negativas que mandan.
Porque si todos
despertaran su fuerza interna, para usar todo su potencial de inteligencia y
consciencia, los amos del mundo perderían a sus esclavos. Y es por eso las
entidades vampiras que comen la energía vital de las personas (“comecerebros”-“desollamentes”)
necesitan animales sin consciencia de sí mismos, ignorantes de su potencial,
hundidos en su estupidez e imbecilidad para generar más sufrimiento y dolor, la
golosina favorita de los vampiros. Mientras posea a la mente humana y la
digieran como comida, la suma de las abominaciones tendrá un control total
sobre esta dimensión material, y provocará aun mayor sufrimiento y dolor para seguir
alimentando su horripilante festín de la cultura de la muerte.
Pero un espíritu
libre jamás será esclavo de ninguna fuerza negativa, la consciencia despierta
tiene un mal sabor para estos monstruos de los otros planos. La felicidad, la
alegría de la realización y la plenitud, el éxtasis de ser uno mismo, el gozo
por gozar, el placer de existir y soñar, crecer, mejorar, es una amenaza
existencial para estos vampiros llamados “los voladores” en la civilización
Tolteca, o “los chitauri” en las tradiciones africanas zulúes. No podrían hacerse presentes en esta dimensión
material sin una gran dosis de dolor y sufrimiento, y con magia para hacer daño
(magia negra), rituales de sangre, han imperado en el mundo promoviendo la ignorancia,
estupidez, avidez, codicia desmedida, odio, envidia, sed de poder, control,
etc.
La mente despierta y libre no puede ser contaminada con esta infame “instalación foránea” que vestida de ego, megalomanía y autoimportancia, degrada a la especie humana hacia un estado de brutalidad que solamente beneficia y alimenta al lado oscuro de la fuerza que domina en este sistema de control. Los tiempos de ceguera y oscuridad están aquí, y se nota ya presente hasta el paroxismo el nivel de decadencia que ha llegado el ser humano de la mano de sus peores enemigos. Por eso toda esta locura insana que es el sistema mundial está llegando ya a una masa crítica que nada ni nadie podrá detener. Cada vez más hay más gente que no se deja lavar el cerebro por el sistema de control, que no deja que la megalomanía y la autoimportancia posean su mente, y dejando al espíritu libre espontáneo, sin cadenas, sin jaulas del pensamiento que lo aten a la estructura decadente, deja de ser alimento para los monstruos.
Por el hecho de
estar el espíritu libre despierto, la lucha por la libertad es instantánea,
espontánea, intuitiva. Toda persona libre tiene la responsabilidad crucial de
defender la libertad de pensamiento y dejar de ser “comida” para entidades nefastas
de otros planos. Es imperativo liberar la mente de la “instalación foránea”, y ser
uno mismo, libre, feliz, pleno y realizado, mejorado, superado, siempre hacia
más, siempre a mejor, emancipado… libre de toda atadura, libre de todo límite y
de todo obstáculo, fluido, espontáneo, sin trabas, sin cadenas, no hay plasma
mental que lo encarcele. Como el pensamiento sobre el infinito, así crea y
actúa ese río libre y audaz que es la energía de la consciencia despierta que corre
y fluye haciendo cascadas hasta llegar al mar de la inconsciencia… y así hace
consciente toda esa sabiduría dormida en nuestro propio ser.
¿Cómo liberarnos de
los plasmas mentales de dogmas y sistemas de creencias que forman parte del
sistema de control de los “comecerebros”, quienes justamente envenenan el alma
de la sociedad con ideogramas nefastos para la devastación moral en la que
vivimos? Mientras te dejas llevar por la concupiscencia, avidez,
autoimportancia, egoísmo, codicia desmedida, envidia, odio, voraz apetito
incontrolable…así te poseerán los “comecerebros”, y harán de ti una herramienta
de control y esclavitud que defenderá su estado de esclavo hasta con los
dientes, porque ya no es el mismo, es solo un saco de órganos al servicio de lo
más abominable, ya no es un espíritu libre si no puede controlar sus apetitos, se
ha convertido en parte de ese lado oscuro de la fuerza cuyo último objetivo es patentar
la dualidad.
Quienes defendemos la libertad de pensamiento para no ser comida de los “comecerebros” no necesitamos ningún “salvador”, “redentor”, o “mesías” como pretende disfrazarse lo más abominable. Quienes nos encontramos peleando contra la dualidad, nos damos cuenta del Yin-Yang, intuimos que el mismo “dios bueno” es el “diablo malo”, que la existencia toda, el infinito y eterno multiverso, es una tragicomedia para divertirnos, el juego contra lo más inmundo está ganado, gózalo en vez de sufrirlo, la victoria y la gloria está del lado de los que aman la verdad y la libertad.
Estamos conscientes de los dos lados de la moneda de este mundo, pero lo superamos, ya no nos afecta, porque la fuerza centrífuga que provoca y mantiene la existencia es la misma que la destruye y la pudre (la naturaleza). Somos quienes traemos la solución a la guerra de las galaxias, estamos aquí más allá del odio y del amor, aunque sabemos con ciencia cierta que el amor es la gran fuerza generatriz del multiverso y nos fundimos en su holograma. Pero si hay alguien que odie al amor como los “comecerebros” es porque han sido heridos, agrietados, lastimados, resentidos. Aquello que odia es producto de un amor herido, pero la gran buena nueva es que sí hay cura, es posible que deje de odiar y sea libre de todo condicionamiento para que experimente con los despiertos el éxtasis de ser uno con la totalidad y el infinito.