Si echamos un vistazo en la
historia, comprenderemos mejor el presente: hace 100 años, en 1913, estalla la
crisis de los nacionalismos en los Balcanes. Los serbios, con apoyo de los
rusos, querían expulsar de la zona al aliado de Alemania, el Imperio Austro-Húngaro.
Mientras las sanguinarias potencias europeas como la misma Alemania, Francia e
Inglaterra competían por repartirse las colonias en el mundo, tal como quieren
ahora repartirse las riquezas de Medio Oriente, realizando brutales genocidios
contra las poblaciones colonizadas, saqueando los recursos naturales para
desarrollar su industrialismo y aumentando así la carrera armamentística o la
famosa “Paz Armada”. El asesinato de
Francisco Fernando, heredero del Imperio
austro-Húngaro, por parte de la organización masónica de la Mano Negra, en
junio de 1914 en Sarajevo, desencadenó la primera guerra mundial que durante
cuatro años devastó a toda Europa, dejando más de 10 millones de muertos,
destruyendo a los Imperios ruso, otomano y el austro-húngaro, dejando el camino
libre a las nuevas potencias imperiales de EE.UU y la URSS para la dominación
del mundo.
Con el infame Tratado de
Versalles de 1919 se estaba preparando ya la segunda guerra mundial, pues a pesar de que Alemania quedó devastada económica
y físicamente por la “Gran Guerra”, el Tratado de Versalles castigaba aun más a
los alemanes de tal manera que el
nacionalismo masificado, así como el exacerbado patriotismo y el totalitarismo
fue el resultado de la crisis social creada por la guerra y el Tratado de Versalles. Luego, el mundo entró en
una crisis económica por culpa de los especuladores de Wall Street y su Crash
bursátil de 1929, obligando a los gobiernos a preparar una nueva guerra para
salir de la crisis económica mundial. Así los nazis fueron llevados al poder de
Alemania por la sociedad secreta masónica de Thule, y por los banqueros judíos
como los Warburg, los Rothchild, y el mismísimo masón Hjalmar Schacht. Incluso
en 1938, el austriaco Adolfo Hilter, miembro de la masónica Sociedad de Thule,
quien se autoproclamó líder supremo o “führer” de la Alemania nazi en 1934, fue
declarado “hombre del año” por la masónica revista TIMES, tal como ahora, en el
2013, es declarado ”hombre del año” al presidente de Rusia Vladimir Putin.
En 1936, llegan al poder de España, por
elecciones democráticas, los masones comunistas de izquierda para que luego los masones
falangistas de derecha, apoyados por Hitler y liderados por Francisco Franco, con el aval de la corrupta
corona española, realicen un golpe de Estado y desaten así la sangrienta guerra
civil española que dejó cientos de miles de muertos, y que, indirectamente, fue
una guerra entre la URSS y la Alemania Nazi, ya que ambos enviaban armas a los respectivos bandos,
preparando así el camino para la segunda guerra mundial. Un gran paralelismo
encontramos con la actual guerra civil en Siria que indirectamente es una
guerra provocada por los occidentales (EE.UU, Reino Unido, Francia, Israel) apoyados
por los traidores sauditas que financian y arman a los terroristas wahabitas
que quieren derrocar al presidente sirio aliado de Rusia, Bashar al Assad, e
instaurar un totalitario Califato Islámico similar al de Arabia Saudita. La
guerra civil en Siria es en realidad una guerra internacional como lo fue en su
tiempo la guerra civil española que fue una causa directa de la segunda guerra
mundial. La guerra civil en Siria puede así mismo desencadenar una guerra
abierta entre EE.UU, Israel y sus perros aliados occidentales contra Rusia,
China e Irán, cuando vemos que ya hay tropas rusas apoyando al ejército sirio
contra los terroristas islámicos armados y financiados por occidente.
En el extremo Oriente, en 1931,
ocurre la crisis de Manchuria, cuando los japoneses, después de las Reformas
Meiji, se convierten al capitalismo occidental a ultranza, e ingresan al
industrialismo voraz, convirtiéndose en un nuevo imperio del tipo europeo, e
invadiendo China para apoderarse de las riquezas naturales de Manchuria.
Actualmente, China no es una nación retrasada como lo era en la época de los
años 30, ahora se ha convertido en la segunda potencia económica y nuclear, y
nuevamente, al finalizar el 2013, existe
una gran tensión entre China y el Japón por el control de las Islas Senkaku y Diaoyu, que bien podría provocar una
nueva guerra en el Extremo Oriente que podría desencadenar una guerra nuclear
entre estas potencias nucleares, involucrando a los aliados del Japón como son
EE.UU, la OTAN y Corea del Sur.
Recordemos también que por el
expansionismo japonés en el Pacífico de la primera mitad del siglo XX, el 8 de
diciembre de 1941, ocurre el ataque de las fuerzas japonesas contra una base
militar de EE.UU en Hawaii llamada Pearl Harbor. A pesar de las advertencias de
los servicios de inteligencia estadounidenses al presidente de EE.UU, F. D.
Roosevelt, este bajó las defensas y permitió que ocurra el ataque para tener la
escusa para entrar en la segunda guerra mundial contra el Japón, en ese tiempo gobernado por el militarismo y aliado de la Alemania nazi. Un gran
paralelismo del ataque a Pearl Harbor ocurre con el atentado terrorista del 11
de septiembre del 2001 cuando los israelíes de la Mossad desataron el peor
atentado terrorista contra EE.UU, con ayuda de los propios servicios de inteligencia
estadounidenses como la CIA y el NSA, recordemos que Osama Bin Laden fue un agente de la CIA, quien fue usado para culpar al mundo árabe para que EE.UU ingrese
en una devastadora guerra internacional y cambiar el mapa geopolítico de Medio
Oriente con genocidios y limpieza étnica, y así favorecer los intereses de Israel militarizando
los recursos naturales de esta región.
El 11 de septiembre del 2001 también fue un nuevo incendio del Reichtag para la población estadounidense, porque las libertades civiles quedaron recortadas al máximo por la "guerra contra el terrorismo". Cuando Hitler incendió el Reichtag en 1933, y se autoadjudicó poderes absolutos sobre Alemania en un nuevo estado Totalitario, las libertades civiles quedaron reducidas a un mínimo, el Estado empezó vigilar, controlar, arrestar, quitar libertades, torturar, desaparecer, asesinar, etc. con la escusa de la "seguridad nacional". Lo mismo ocurrió en EE.UU después del 11/s, el Estado estadounidense se ha convertido en la peor amenaza de las libertades fundamentales de la humanidad, es un monstruo tiránico que amenaza la seguridad mundial con sus sistemas genocidas de control de población, guerra, vigilancia, control que son totales, el gobierno es el peor tirano de la gente, no hay límites de la tiranía cuando la injusticia y la corrupción reinan, como en EE.UU.
El 11 de septiembre del 2001 también fue un nuevo incendio del Reichtag para la población estadounidense, porque las libertades civiles quedaron recortadas al máximo por la "guerra contra el terrorismo". Cuando Hitler incendió el Reichtag en 1933, y se autoadjudicó poderes absolutos sobre Alemania en un nuevo estado Totalitario, las libertades civiles quedaron reducidas a un mínimo, el Estado empezó vigilar, controlar, arrestar, quitar libertades, torturar, desaparecer, asesinar, etc. con la escusa de la "seguridad nacional". Lo mismo ocurrió en EE.UU después del 11/s, el Estado estadounidense se ha convertido en la peor amenaza de las libertades fundamentales de la humanidad, es un monstruo tiránico que amenaza la seguridad mundial con sus sistemas genocidas de control de población, guerra, vigilancia, control que son totales, el gobierno es el peor tirano de la gente, no hay límites de la tiranía cuando la injusticia y la corrupción reinan, como en EE.UU.
Así mismo la invasión de Libia
por parte de la OTAN en 2011 está dando sus macabros frutos, el Estado libio está
desintegrándose en medio de una sangrienta limpieza étnica promovida por las
potencias imperiales. Nuevos países emergen de los ríos de sangre en distintas
regiones del globo para que puedan ser mejor controladas por Occidente. Ahora
se está hablando de tres regiones de lo que era Libia que pueden convertirse en
un futuro próximo en tres naciones distintas: Tripolitania, Fezán y Cirenaica,
objetivo último de los asesinos genocidas de Occidente, la destrucción total de
Libia para poder saquear sus recursos como agua y petróleo. Mientras tanto un
mismo escenario se vive en Irak, en Afganistán, en Siria, e incluso Sudán que ya fue dividido en Sudán
del sur y del Norte, naciones que están siendo desintegradas con una violencia
extrema para la formación de un nuevo mapa geopolítico que beneficie a los
genocidas masones de Occidente. Y si vemos en la historia reciente, la primera
y segunda guerra mundial fueron así mismo sangrientos genocidios que tenían
como uno de sus objetivos la transformación política del mundo para la
conformación de nuevos países y destruir otros, la tercera guerra mundial sigue
su curso con el fortalecimiento de organismos internacionales como la ONU, el
FMI, la OTAN, en pos de la gobernabilidad mundial dirigida desde los centros
neurálgicos financieros controlados por el sanedrín judeomasón.
Sin el "sacrificio" en masa del Holocausto judío de la
segunda guerra mundial perpetrado por los nazis (donde oficialmente murieron 6
millones de judíos, pero que el revisionismo histórico prueba que fueron
muchísimo menos) no hubiese existido el masónico Estado de Israel. La histórica
victimización judía llegó a su clímax con el Holocausto (palabra que significa "sacrificio" en hebreo) perpetrado por los nazis
y que hizo posible la creación del Estado sionista fundamentado en creencias fundamentalistas
religiosas muy peligrosas. Solo después de los horrores del holocausto, la hipócrita comunidad internacional aceptó la
creación en 1948 del Estado de Israel, un Estado que fue planificado desde
finales del siglo XIX por el Congreso Sionista Mundial realizado en Basilea en
1897 en el que se establecieron los famosos Protocolos de los Sabios de Sion,
un documento ridiculizado por la Academia sionista como un simple fraude, pero
que desde el comienzo de la primera guerra mundial y específicamente desde 1917
con la Declaración de Balfour, en el que los ingleses se muestran favorables a
la creación de Israel, realmente estos Protocolos sionistas están haciéndose realidad
y pueden ser considerados como un verdadero documento histórico. Si echamos un
vistazo a las demenciales creencias judías, la creación del Estado de Israel es
una “señal de los tiempos” que acelerará la llegada del mesías de los judíos,
esperado los últimos seis mil años de existencia del judaísmo, y que
supuestamente llegará en el “fin de los tiempos”, en el “fin de la historia”,
momento en el que los judíos tendrán en sus manos todas las riquezas del mundo como
afirma el Talmud formando así su Imperio Mundial que ellos han llamado nuevo
orden mundial, por encima de la montaña de
cadáveres de la infame historia universal.