Lo ocurrido entre el 2 y 13 de septiembre del 2019 pasará a la historia como una más de las grandes infamias ocurridas en el Ecuador por la lucha del poder. Dos bandas criminales mafiosas se dieron una golpiza, y para ello provocaron un levantamiento popular, desataron el caos con saqueos, vandalismo, terror colectivo, 9 muertos (pueden ser más si los heridos graves no se recuperan), más de un millar de heridos, gente perdió sus ojos por las bombas lacrimógenas apuntadas a la cara de las personas, hay más de un millar de detenidos por la fuerza pública sin las garantías al debido proceso, decenas de desaparecidos...un vergonzoso gobierno asesino. ¡¿Qué carajo pasó?!
En la década 2007-2017, el mafioso Rafael Correa y su movimiento socialista saqueó los recursos públicos desfalcando al Estado del mil maneras, dejando una deuda externa imposible de pagar, comprometió el petróleo ecuatoriano con China para mantener la gorda burocracia estatal, los intermediarios se fueron robando millones del Estado, los sobreprecios producto de las coimas desfalcó el heraldo público. La burocracia de la Revolución Ciudadana galopó en corrupción, los cálculos más conservadores hablan de decenas de miles de millones de dólares robados, una danza de delitos que enriquecían al líder, al partido y a sus borregos. El país se quedó quebrado.
Llega Lenín Moreno en el 2017 con fraude electoral, aupado por Rafael Correa y su Revolución. Siendo su vicepresidente fue salpicado por el caso de corrupción INApapers, una cuenta bancaria en el paraíso fiscal de Panamá abierta por su hermano Edwin Moreno, cuenta que movió sobornos de la empresa china Sinohydro. Bien oculto lo tenía. Luego como enviado especial del Estado ecuatoriano a las Naciones Unidas, el Estado de la Revolución Ciudadana le pagó 1600 000 dólares al año, es decir, un salario de 133 000 dólares mensuales, por vivir en Ginebra rodeado de lujos, yates, langostas, etc. Todo pagado por el pueblo ecuatoriano que tributa al fisco.
Una vez asegurado el poder, los dos mafiosos amigos del alma tienen una pelea, Moreno le da un puñal por la espalda a Correa y tranza con la derecha más recalcitrante de la oligarquía ecuatoriana y de los medios de desinformación masiva, ahora quiere hundir a Correa. Deja que se ventilen los casos de corrupción excepto los suyos propios y los de sus panas correístas que le acompañaron en el poder, ahora llamados "morenistas". Perdona multas e intereses en impuestos a los grandes grupos económicos más ricos, junto a la corrupción de la década saqueada dejó un déficit fiscal que justificó un acuerdo con el usurero FMI, organismo financiero internacional que para prestar dinero debe asegurar que se le pague antes, por eso le pide al presidente que desmantele al Estado de Bienestar (quitar subsidios, privatizar servicios públicos) para que el Estado logre pagar la deuda.
El decreto 883, dictado por el mafioso Lenín Moreno eliminaba el subsidio a la gasolina y diésel por lo que el precio se disparó, el cantinflas presidente pensó que la gente se iba a quedar con los brazos cruzados, pero no. Un levantamiento popular jamás antes visto hizo temblar al gobierno de Moreno, se declaró el Paro Nacional y una masiva manifestación de indígenas, transportistas, sindicatos de trabajadores, organizaciones sociales lograron que el presidente derogue el Decreto 883. Durante los 11 días que duró el Paro, la brutal y bárbara represión no se hizo esperar, los policías tiraban a matar, el tirano mandó a militarizar al país, y entre los manifestantes se infiltraron vándalos, delincuentes, saqueadores pagados por la Revolución Ciudadana de Rafael Correa que desencadenaron el caos y el terror para supuestamente ejercer presión al gobierno y lograr el derrocamiento de Lenín Moreno. Al contrario, por el caos de los saqueadores, el gobierno justificó el uso progresivo de la Fuerza Pública que no escatimó en reprimir con brutalidad a los manifestantes dejando muertos.
Sistemáticamente fueron violados los derechos humanos, golpizas, gente arrojada por un puente, disparos de perdigones directo al cuerpo de las personas, esquirlas de granadas, etc. Y ahora el gobierno, la oligarquía, los medios tradicionales, y la ignorante y racista clase media de la pequeña burguesía justifican esta brutal represión, y se preocupan más por los adoquines que por las vidas humanas perdidas en esta arremetida del Estado. Los burgueses critican que se haya derogado el decreto 883 porque obviamente están a favor de las políticas económicas del hambreador FMI. Y las autoridades asesinas impunes...
Llegó una tensa calma, hasta saber qué dice el próximo decreto...
