Wednesday, April 05, 2006

TIEMPO LINEAL VS ETERNO RETORNO


Los mitos cosmogónicos se diferencian entre sí por la idea del Tiempo, sea este lineal o circular. Esto marca la diferencia en el grupo de arquetipos del mito, pues si bien es cierto que estos mitos sobre el origen del universo coinciden que en el “principio” era el Caos y la Nada informe, y que por un soplo de luz se creó el Universo, esto no quiere decir que no exista un infinito de “creaciones” y de “universos” en un tiempo eterno y en un espacio infinito. Pues en el Caos y en la Nada no hay tiempo, el silencio primordial es la calma de la eternidad, cada milisegundo que pasa es una nueva creación, no hay ni pasado ni futuro, solo un Eterno Presente. Esta visión del Tiempo Eterno es totalmente opuesta a la visión del mito judeo-cristiano del Tiempo Lineal, en el que hay un comienzo y un final, pues esto rompe con la idea de la Eternidad. Para el mito judeo-cristiano, Dios (quien supuestamente es eterno) creó de la “Nada”, ex nihilo, al Universo…¿esto quiere decir que Dios está en la Nada, o Dios es la Nada?, en cualquiera de los dos casos Dios no existe porque nace de la Nada que es inefable, imposible de categorizar, innombrable, un misterio, quizá solo se la pueda llamar Diosa Nada, Infinita Oscuridad, Vacío Eterno, no-ser.

Para el pueblo judío, el Dios del Antiguo Testamento llamado Jehová es un Padre “terrible” que creó el universo de la Nada. En cambio, para el pueblo hindú, la Diosa Kali es la Madre Terrible, la materia que crea y destruye eternamente. Ambos arquetipos muestran lo “terrible” de la divinidad, sea madre o padre. Sin embargo, judíos e hindúes adoran a sus dioses sin importarles que sean “terribles”. Por ejemplo, la adoración a un solo Dios creador y moralista ha causado una terrible decadencia fisiológica y espiritual en la civilización occidental. La idea de la creación junto con la moral del premio y del castigo, la piedad y la compasión, el pecado original y la obediencia, son infecciones en extremo nocivas para la psiquis y el cuerpo humano. La idea de un Génesis y de un Apocalipsis, propia de la visión lineal del Tiempo, es la base de los mitos judeo-cristianos como la “evolución”, el “progreso”, “el desarrollo” etc.

Ahora bien, los judíos se basan en sus textos sagrados para afirmar que son “elegidos” por su único Dios para una misión, una finalidad, un utilitarismo propio del tiempo lineal. Se creen depositarios de la Cábala, sabiduría de magia ancestral que enseña que las palabras “Ain Soph Aur” es la Nada y Kether es el primer sephiroth o “soplo divino” seguido de otros nueve sephiroth que forman el Árbol de la Vida. Este primer soplo es la creación de su único Dios, los 10 números representan los arquetipos que mueven y mantienen al Universo, pues el Árbol de la Vida representa para la Cabala todo el Universo en una sola unidad. El Gran Elaborador de este Universo sería aquel que desafió las tinieblas de la Nada para crear toda la Existencia. Según la numeración de cada letra del idioma hebreo, uno de los nombres de este creador es Iod=1 He=2 Vau=3 He=4, IAVE que devendría después en Jehová. Se supone que este endemoniado Dios creó el Universo en un Génesis para después traicionar su creación y destruirlo en un Apocalipsis.

Pero para los hindúes adoradores de la Diosa Kali no existe un comienzo de todas las cosas, sino una perpetua destrucción-creación de la materia en la eternidad de la infinita oscuridad, y también tienen un sistema mágico basado en números pero no lo llaman Cábala. Kali es la “diosa negra” que da a luz a sus hijos para devorárselos, así eternamente. Kali es un arquetipo de la oscuridad, es sangrienta y terrible y representa la eterna exhalación e inhalación del universo.

La concepción lineal del tiempo basada en la creencia en un Jehová creador anula la percepción del Eterno Presente. Para George Bataille, filósofo nietzscheano nihilista del siglo XX, vivir el presente como una herramienta para construir un futuro es Esclavitud. El utilitarismo del tiempo es servidumbre, enajenación y perdición. Pues nada es útil, nada tiene sentido y nada vale la pena. Pensar que hay que subordinar el “momento presente” por una visión de futuro, por el utilitarismo del trabajo y la subsistencia, es ser esclavos del Tiempo. El mal llamado “progreso” nació de los paradigmas judeo-cristianos del Tiempo Lineal, así como su sistema económico capitalista que tiene como lema "el Tiempo es dinero". A partir de esta idea se construyó una máquina de aniquilación llamada civilización, donde se anula el tiempo para el “ocio”, el “descanso”, la "creación artística", los "placeres", y usufructuar la energía humana para su propio hundimiento, energía usada por el trabajo explotador para beneficiar solo a unos cuantos oligarcas en el poder. Pensar que nuestro presente debe ser usado en el “trabajo” para funcionar en la sociedad utilitaria es querer morir, es negar la vida. No podemos desperdiciar los instantes eternos de la vida en servir a una máquina infernal de destrucción. Los dirigentes todavía tienen fe en esta sociedad, pues creen en un futuro y han asegurado su orden social con el mito del Tiempo Lineal y su "progreso".

Para los judíos, su mesías vendrá como un “Rey del Mundo” en el final de los tiempos, en el Apocalipsis. Para los cristianos, Jesucristo también volverá como un “Rey del mundo” en el final de los tiempos. Este mito mesiánico judeo-cristiano se asienta en el Tiempo Lineal, es el síntoma más reconocido de la decadencia humana, pues así la humanidad perdió la visión de los Ciclos Eternos, perdió la armonía con los ciclos de la naturaleza y del cosmos, se extravió. Buscando una causa y una explicación primordial a todas las cosas, los judíos monoteístas lo encontraron en su nefasta religión. Para Nietzsche, buscar una causa última a todas las cosas es pura cobardía, es el miedo de enfrentarse cara a cara con el misterio. El abominable Dios judeo-cristiano es una “creencia que dobla todo lo recto y hace caer lo que está en pie”, pues la debilidad, la mediocridad, la bajeza se juntan en esta religión moralista asentada en el mito del Tiempo Lineal. Estas creencias pretenden enjaular el espíritu humano para que pierda la trascendente unión con el eterno presente, en una servidumbre y esclavitud abismal.

¿Pero de donde viene esta nefasta idea religiosa mítica del Tiempo Lineal? Hemos visto que esta idea nació con la instauración del Patriarcado monoteísta judío. La idea de un comienzo y de un final es asociada a la de un Dios creador-padre. La civilización occidental se basa en estas creencias religiosas provocando un nivel de enajenación espiritual absoluto. La civilización del tiempo lineal está destruyendo el planeta y la mayoría se parte el lomo “trabajando” para subsistir en una máquina social de enajenación, mientras una minoría en el poder se indigesta de festines y orgías...y a esto llaman “progreso” y “evolución”. Lo que llaman nueva tecnología no es más que un paso a la auto-destrucción, lo que llaman “progreso” es en verdad retroceso, involución y un suicidio. Desde la revolución industrial hasta la era de la moderna tecnología hemos diseñado un suicidio global, pues todos los días producimos desechos industriales, gases venenosos, latas oxidantes de chatarra, plásticos químicos hiper-nocivos, y otros desperdicios que arrojamos al océano. El “progreso” es producir toneladas de putrefacción para destruir al planeta en el que habitamos. La post-modernidad es tener un celular y un computador como órganos del cuerpo humano. En verdad, este mundo asentado en el mito del Tiempo Lineal es el peor de los infiernos posibles, pues desde el “Génesis” se ha estado planeando el “Apocalipsis”, para construir un mundo lleno de podredumbre mental y física.

El ser humano es el campo de batalla de la lucha mítica entre el Tiempo Lineal y el Eterno Retorno. El mundo se encuentra en el borde del precipicio, a punto de caer despavoridos en el temblor universal por esta diferencia de creencias. Por ejemplo, los dirigentes plutócratas de los países occidentales son fieles adeptos del mito del Tiempo Lineal, su idea de progreso es bendecido por su abominable Dios. Y al mismo tiempo se preparan para su “Apocalipsis”, como la secta plutócrata del Opus Dei quienes ya están construyendo en todo el mundo “bunkers” para salvarse del Armagedón final, y que decir del fanatismo enfermo de otras sectas religioso-políticas como los Testigos de Jehová, la Iglesia de la Cientología, la Iglesia Universal del Reino de Dios, los masones-Illuminatis, etc. Todos esperan ansiosos un Final, ya que tienen una "finalidad", pues estas sectas no son más que engendros enfermos del mito del Tiempo Lineal.

Pero para el mito del Eterno Retorno, no hay Dios, no hay creación, no hay un falso arquitecto del universo, no hay ninguna ley ni ninguna moral impuesta, no hay Génesis ni Apocalipsis, no hay ninguna "finalidad" ni "propósito" en nada, no hay pecado original ni sentimiento de culpa, no hay sacrificio ni responsabilidad por el futuro, y sobre todo no hay miedo al Eterno Presente. En los ciclos universales hay un número infinito de creaciones y destrucciones, lo que vivimos ahora no es más que una “era” en la eternidad del tiempo. Quizá estemos viviendo la transición y el cambio de paradigmas que necesita la humanidad para no desaparecer, por ello es urgente saber que si seguimos pensando que todo tiene un propósito y una finalidad jamás nos liberaremos de las garras del Tiempo Lineal, pero si vemos todo como un eterno presente cuya finalidad está en sí mismo, abrazaremos a la Eternidad…