Thursday, September 22, 2011

SALIR DE LA DECADENCIA




Está llegando la medianoche del espíritu, en esta caída a la fosa infernal de la mente colectiva en agonía. Está llegando el naufragio social con una entorpecida civilización suicida, conduciendo a la especie humana hacia el total desastre.

El naufragio es este hundimiento epistémico-ontológico, el vacío ético y estético, un abismo de deformidad mental y fisiológica decadencia que ha poseído al espíritu colectivo. Las almas putrefactas de la ideología han escarbado profundo en su estupidez humana, para moldear la esencial heterogeneidad en pos de una infame masificación. El pensamiento que puede ser una bofetada a la totalidad, es un pensamiento atrevido.

Primero, no hay explicación última de todas las cosas, no hay realidad llamada "todo", la posibilidad matemática del número infinito anula toda presunción de una explicación última. Lo que la prostituida ciencia llama Teoría Unificada, es en esencia el totalitarismo filosófico para unificar la mente en un modelo mental específico, limitado, encerrado, determinado, para imponer una forma de degradación de masas, anular la esencial heterogeneidad y aniquilar a la persona única e irrepetible. Viviendo la multiplicidad se está en guerra contra todo dogma, contra toda imposición, contra la brutal homogeneización maldita de esta sociedad controlada y manejada por el satanismo luciférico de la zombificación, la uniformización en el uno-todo y la muerte de la alteridad, esta especie deforme que cava su propia tumba.

Mentalmente, la sociedad está corrupta en su esencia, la mentira reina, la inocencia se ha acabado, y las inmundas sectas aprovechan la coyuntura de la decadencia, usan el instinto de rebaño y la obediencia, y adoran a demonios de otros planos para llevar al mundo al hundimiento. Ellos crearon las religiones de masas, como el judaísmo, también el maniqueísmo, el gnosticismo, el cristianismo, islamismo, templarismo, todas tienen un mismo origen masónico. Son en su origen sectas del fin del mundo, abominaciones fundamentalistas que quieren continuar con la infame masificación espiritual a través de la imposición de un totalitario punto de vista, la nulidad de la persona única, el totalitarismo de la masificación mental.

Las sociedades del naufragio han adoptado el borreguismo espiritual, la dictadura del uno mesiánico, la máquina de caretas, para formar seres sin individualidad sosteniendo una máquina infernal hacia el suicidio colectivo. Han hecho del ser humano un ser servil, esclavo sin dignidad, al servicio de entidades que no son de este mundo. Los seres humanos son como pilas de energía absorbida, su fuerza vital es consumida en este vampiro imperio, para alimentar a los monstruos que quieren nuestra ruina. Ahora piensan desencadenar un cataclismo mental, y poco a poco la absorción total de la energía individual mental (psique), nos conducirá hacia un desastre colectivo orwelliano, hacia la total perdición, el auge del nihilismo del espanto, la llegada del homo infernus.

Esta máquina del suicidio que ha sido diseñada y construida a lo largo de los siglos, tiene un control escalofriante sobre las masas. Las mentes se han entregado a las sectas infernales, y ahora son ruedas que mueven la máquina de muerte que llaman sociedad, civilización, sistema. La psique colectiva está siendo totalmente envenenada, atacada constantemente por el venenoso emporio mediático, pseudo-académico cultural y espiritual de la infamia, atacando a la personalidad, para que la gente no se pregunte sobre sus orígenes, y no pretendan jamás poner en cuestión el orden establecido. Pero no pueden con el espíritu despierto.

El siguiente pensamiento pone en cuestión el orden establecido: ¿por qué todos tenemos que pensar de la misma forma? ¿Por qué uno no puede tener su propio punto de vista y botar a la basura toda esa enferma ideología impuesta por el inmundo sistema? Esto no es caer en el subjetivismo, ni en el solipsismo, la multiplicidad de puntos de vista hace añicos la uniformización espistémica de la sociedad de masas. No hay un solo conocimiento, nada es absoluto, ¿cómo demostrar un solo conocimiento de todas las cosas, si hay tantos puntos de vista? ¿será posible que se pongan de acuerdo todos los puntos de vista? Me parece imposible, no existe esa reconciliación, no hay un punto de vista único ni un solo homogeneizador conocimiento, lo que hay es un infinito número de conocimientos posibles de las cosas, o mejor dicho, un infinito número de posibilidades, por eso hay que venerar lo desconocido, pues lo que se desconoce es infinitamente más vasto de lo que se conoce, la humildad es intrínseca para quien pueda entender esto. Damos un piedrazo en la cara al ignorante sabelotodo que quiere imponer un punto de vista único para homogeneizar la mente colectiva con su insano y fatal instinto de rebaño… el borrego humano salta al precipicio de la imposición y se pierde a sí mismo en la masificación, y es una perfecta rueda en el engranaje.

Hay que ser originales, únicos, irrepetibles, solo así podemos acceder a ese conocimiento de lo desconocido que nos hace más creativos, hay que tener la consciencia de la infinita posibilidad que somos, como existencias que viven en un tiempo que no se repetirá jamás, eso es tomar conciencia de la materia mental para eternizar ese momento. El tiempo presente que ocurre no se vuelve a repetir, aunque se repitan los modelos y las formas psíquicas arquetípicas, el tiempo presente es único. Debemos saber también que nosotros tenemos nuestro pensamiento original, somos el ser que somos y que nunca ha sido, esa posibilidad, es ser tan único como el momento presente, vivir el segundo, así uno se vuelve a reconciliar consigo mismo.

Es importante estar bien consigo mismo, estar de a buenas con su ser, eso es respetarse, es ser consecuente con la infinita posibilidad. Sabemos que nos encontramos en plena guerra síquica contra la imposición de una totalidad, por eso hay que estar alerta, no dejarse llevar por la ideología.

Hay que ver al bohemio bailarín, al pintor, al músico, al escritor, al poeta… están inmortalizando el momento presente, y su vida y obra es tan necesaria para el destino de todas las cosas que es imprescindible en el devenir, encarnan en sí mismos a la Eternidad. Ellos son espíritus indomables, originales, creadores, que no han querido ser moldeados por la imposición demoniaca de la unicidad, de una sola forma de ver el mundo, de un solo modelo de decadencia, han salido de la homogeneidad, para no convertirse en entes sin alma, sin ser moldeables y utilizables por este sistema de terno y corbata que domina el putrefacto mundo en pleno hundimiento.