Friday, July 15, 2011

NON SERVIAM


Hay que estar consciente de que la espiral geométrica que se forma a partir del número de oro (1,618…), también llamada proporción aurea, es la prueba contundente del modelo espiral de la totalidad, del todo, de ese infinito en perpetuo cambio cíclico, múltiples universos, planos, dimensiones, en un infinito océano de posibilidades.

La espiral del número de oro es un símbolo de la espiral de todas las cosas, entendiendo, por ejemplo, que cada precesión de los equinoccios prueba que el cosmos nunca está en la misma posición, siempre está en movimiento, en movilidad, en una espiral hacia lo más trascendente, en una posibilidad de llevar al máximo el éxtasis de la realización de la espiral al infinito, conscientes de la espiral.

Quien no entienda ésto, no ha entendido nada. Todo está en perpetuo cambio, todo está mutando, y eso es lo esencial, la espiral de la totalidad, los ciclos eternos, que se presentan en la clara percepción de que cada instante es eterno porque es único e irrepetible, cada instante es inexpugnable. Cada momento es único y no se repite, es eterno porque hay una sucesión infinita de instantes, dando a entender que la Eternidad es el número de momentos que ocurrieron, ocurren y ocurrirán, ahí es donde pasado, presente y futuro se fusionan, por lo que en cada momento hay una eternidad, en cada instante está pasando lo primordial.

De esta forma trascendemos la pequeñez de los dualismos, y sentimos con indefinible alegría el éxtasis de ser el todo que se extiende hacia la espiral del infinito, sentir en carne propia que el centro está en todas partes, que soy la extensión hacia el más allá, que soy la posibilidad que nunca ha sido y que rompe toda limitación del espíritu, de tal manera no existe nada que se oponga a esta certera visión de todas las cosas. Es un estado de atención que hace que percibamos cada momento de nuestra vida como eterno, porque forma parte de ese infinito número de instantes que representa la eternidad. Nunca hubo un comienzo y nunca habrá un final, cada instante es un comienzo y un final, así estamos con el espíritu despierto y somos creadores de realidad. La realidad es desconocida porque el conocimiento no puede abarcar lo inefable e indefinible de la totalidad del gran espíritu, hay que vivir tomando en cuenta que nosotros mismos formamos parte de ese infinito desconocido. Entonces llegamos a la comprensión de la mente infinita que es la totalidad del gran espíritu y su infinito misterio -entramos extasiados en la felicidad de los sabios-

Los ciclos se repiten eternamente, si la consciencia no toma en cuenta este hecho primordial, no está abierta al conocimiento más esencial de la existencia. Todo el sistema establecido se encarga de borrar la percepción de la eternidad y del infinito a través de múltiples y desastrosos lavados cerebrales de masas que anulan la comprensión de las cosas, alejando del conocimiento a las masas obedientes e ignorantes que siguen los modelos impuestos por debilidad mental. Debemos entender que nuestra mente, nuestra conciencia, nuestro pensamiento es único e irrepetible, que cada uno de nosotros forma parte de esa espiral de posibilidades que trasciende todas las cosas, cada instante es un momento crucial, no podemos olvidar este hecho.

Entre los misterios más grandes está el por qué existe la eternidad y el infinito: ¿por qué existe la existencia?, ¿por qué existen los múltiples planos y dimensiones que forman este infinito multi-universo? ¿para qué se mueve la rueda en el camino de la espiral? ¿hacia dónde vamos, qué somos, por qué estamos? ¿Para qué la rueda? Quizá el misterio seguirá intacto. Los que se creen iniciados e iniciadores de conocimientos absolutos, (como las sociedades secretas) no son más que farsantes y mentirosos, hipócritas y falsos, que pretenden encerrar el misterio de lo desconocido en doctrinas nefastas que hacen del ser humano un ente vil demente que sigue órdenes de los más pervertidos de sus superiores. En eso ha caído el conocimiento, en la prostitución de espíritus que se entregan ciegos a las doctrinas más descabelladas para aliviar el miedo y angustia de su miserable existencia.

Para empezar a escudriñar en el misterio de la existencia, debemos partir de que la realidad es desconocida, que hay un misterio que envuelve a todas las cosas, que ninguna doctrina, filosofía o religión puede explicar, mejor es ser humildes y reverenciar ese misterio. Estar conscientes de lo maravilloso y asombroso que es existir en este infinito espacio, la fuerza vital nace de la consciencia de estar vivo, de tener la consciencia para llegar a descifrar los misterios más sublimes que implica estar vivo. Nunca dejemos de asombrarnos cuando vemos un paisaje hermoso, cuando vemos un cielo estrellado, nunca dejemos de maravillarnos del hecho de vivir y de estar respirando participando de las cíclicas eternidades, no dejemos de admirarnos de la sincronicidad de la totalidad y preguntémonos qué es la mente infinita con la inteligencia abierta hacia el infinito número de posibilidades.

El querer ser más es una fuerza que lleva al guerrero hacia la superación y realización de todas sus fuerzas, el estar consciente de la espiral que nos lleva eternamente hacia la cumbre pero hacia el abismo también, eternamente. Tomar consciencia de que la energía que rodea a cada cosa es la misma energía vital que hace generar estrellas y galaxias para que luego las haga desaparecer y vuelvan a generarse otras, vuelven de donde vinieron y vuelven otra vez, la misma energía que quema en el núcleo del sol, que hace quemar el sol entre miles de millones de soles, la misma energía que está en todas las cosas, que hace latir nuestro corazón, que nos hace percibir que estamos vivos.

La materia y el espíritu no son opuestos, son gradaciones de una misma cosa en el infinito número de planos y dimensiones. Así que la extensión infinita del espacio vacío es algo que nuestra mente puede abarcar pero con el riesgo de perder la razón materialista, porque lo lógico y racional no pueden llegar a explicar el por qué del infinito y su magia, se pierden ante la pagana fuerza misteriosa que es la naturaleza del gran espíritu. Hay un complot que se está llevando a cabo ahora para que no percibamos el misterio del gran espíritu, hay una conspiración para que el ser humano no pueda liberarse de sus cadenas.

La totalidad está envuelta en un velo de misterio que genera su fuerza espiritual, no hay otro absoluto que lo desconocido, y ahí está la libertad de despertar hacia la consciencia de la eternidad de cada momento y del infinito del que formamos parte, sin la infección de los plasmas mentales del dogma. ¡¡Siempre gritaremos hasta la muerte “NON SERVIAM”!!!