Friday, February 12, 2010

Anti-COSMOGONÍA



Hay que ser tajantes: el universo es trillones de universos, más claramente, un infinito número de universos, planos, mundos, espacios, dimensiones, es un multiuniverso. No hace falta una razón instrumental para intuir el infinito espacio y la eternidad del tiempo, no hace falta ni la lógica matemática ni la razón utilitaria para sentir la presencia del infinito en cada uno de nosotros (estrellas-soles) suspendidos en la eternidad de las galaxias. La extensión hacia el infinito es más que una pasión mística, es más que una poesía o que una obra de arte; el éxtasis de la extensión infinita puede ser comparado con la música de los extasiados, la “plenitud”, millones de orgasmos, felicidad absoluta, sabiduría total, alegría infinita, lo inefable, lo inaprehensible, lo inentendible, la cumbre…

No es solamente una experiencia subjetiva de lo místico-divino, ni tampoco una simple experiencia religiosa, no es una postura ideológica, ni mucho menos declaración de algo. El infinito y la eternidad están aquí y ahora entre nosotros, y son el destino, la energía, o lo que llaman “providencia”, el libro de la Vida, la eternidad de los ciclos, la extensión, la historia de las historias, el instante presente. “Vivir de tal manera que queramos volver a vivir y así por el resto de la eternidad” decía el extasiado de Federico Nietzsche con su fortaleza del alma y su afirmación de la Vida. Quien es lo que nunca ha sido, es el puente de la divinidad o portal del éxtasis. Sólo aquellos que han vivido en carne propia la eternidad y el infinito en cada sincronía, en cada azar, en cada respiración, los que intuyen la magia del instante y de la eternidad del momento, podrán entender….Mysterium Tremendum.

Pero la palabra interpreta lo misterioso del infinito espacio y lo insondable de las eternidades, y aunque suene contradictorio, se puede hablar de lo inefable, pero con el corazón en la mano. Tratar de comunicar lo incomunicable, la experiencia de las eternidades, es lo que los verdaderos poetas, músicos y artistas realizan al transformar las vibraciones de la materia, por ello pasan a la historia, porque plasman el infinito y la eternidad con su creatividad. Para el artista cada segundo es eterno, en cada segundo hay la posibilidad de una nueva creación, percibe con magia la realidad y la transforma. Aunque la eternidad, el infinito, el misterio de la existencia y de la vida hacen pequeña toda explicación del lenguaje y del arte, la palabra y la creatividad indagan ante aquel misterio que lleva al artista hacia el éxtasis. La percepción del infinito espacio es reservada para los pocos que han abierto los ojos.

Es así que la intuición, el instinto, y la corazonada indican cosmológicamente que NO HAY UNA CREACIÓN del universo. La evidencia personal del infinito y de la eternidad en cada instante del devenir hace imposible la supuesta “creación” del mundo material (o cosmos) por parte de un tal “demiurgo”. Evidentemente esto es el comienzo del monoteísmo, de la enferma percepción del tiempo lineal y del abominable dualismo espíritu/materia, arriba/abajo, luz/oscuridad, principio/fin, Dios/Diablo, cuerpo/alma, etc. Quienes estamos por encima del bien y del mal pisoteamos toda dualidad, y la reconocemos como el dilema del viejo amargado que ha encallado en la visión cerrada del dualismo enfermo, base de la lógica decadencia. La vida misma nos muestra que todo es POSIBILIDAD, MULTIPLICIDAD, que la creación está en cada segundo que pasa, que el momento eterno es transformación, superación, perfección, que nada está determinado ni terminado…

Para quien ha abierto los ojos, la materia es espíritu, el espíritu es materia, y se transforman eternamente. No existe la muerte separada de la vida, son dos caras de una sola moneda, así como la luz y la oscuridad son gradaciones de lo mismo, del mismo modo nunca hubo un momento inicial, origen o “creación”, ni tampoco una finalidad o fin. La creencia del “génesis” o de la “creación” es un engendro psíquico de la nefasta concepción del tiempo lineal judeocristiano monoteísta, la negación de la eternidad, la negación del infinito. (Ahora hasta la prostituta ciencia positiva habla del falso Big Bang). Los hijos de la eternidad se lamentan por tal vil manipulación del espíritu colectivo y por el ocultamiento de los ciclos eternos. Pero sabrán los creacionistas e increacionistas que la naturaleza, o las fuerzas de la naturaleza siempre fueron eternas y siempre lo serán. El ideoplasma maldito del “demiurgo creador”, que tanto judíos como nazis se empecinan en demostrar con su falso gnosticismo, farsante gnosis que ha llevado a la inmensa noche de la estupidez colectiva.

Aquello que odia la vida, aquello que odia el amor, es la envida, la mala vibra, el egoísmo, la amargura, que se han acumulado durante siglos en la mente colectiva. La suma de los complejos psicológicos y los traumas han forjado ideoplasmas psíquicos nefastos que han llevado a la ruina mental a la especie humana, a la perdición. Aquellos que odian a la supuesta “creación”, los infelices antihumanos antivida, los amargados que desprecian el cuerpo y la “materia”, (nazis, judíos, cristianos y satánicos transdimensionales), son engendros pervertidos de la suma de todas las abominaciones, encarnaciones de toda la mala vibra, inmundicias de la mente colectiva. Ven en la existencia una condena porque no han sentido el éxtasis de la carcajada. Los infelices y amargados gnósticos templarios de la masonería nazi, quienes odian la existencia, se quieren adueñar del mundo para llevarlo a la hecatombe por pura envidia y demencial enfermedad. La torcida creencia “gnóstica” del dualismo, que afirma que un “demiurgo creador” creó el mundo material para esclavizar en la duración de la “materia” la eternidad del “espíritu”, es otra de las fachadas-manipulaciones del espíritu para alejarnos de nosotros mismos, para envenenar y arruinar.

Lo que no ven los amargados es que la materia es espíritu y que el espíritu es materia, que en nosotros yace la misma fuerza que hace crecer a las plantas, la misma fuerza que quema en el núcleo de cada sol, en el centro de cada galaxia, la misma fuerza que hace producir espermatozoides y óvulos, la misma fuerza que convierte la semilla en árbol, y está dentro de nosotros, bramando (el ki, el ka, el orgón, la fuerza, etc). La energía no se crea ni se destruye, se transforma. No existe ningún demiurgo Jehová ni ningún “creador” del universo. Los judíos se han inventado lo del “Gran Arquitecto del Universo”, Dios/diablo, para manipular la mente colectiva con su monismo-dualista y su infame monoteísmo satánico, y así envenenar a la consciencia colectiva, alejarnos de nuestro potencial, para que no veamos que en nosotros yace la infinita fuerza de los infinitos cosmos posibles… y los estúpidos racistas, nazis gnósticos del hitlerismo esotérico, les han seguido el jueguito demiúrgico a los judíos para envenenar aun más a la mente con la absurda dialéctica del dualismo, además de reproducir su absurda lucha de la servidumbre teológica (dioses nazis contra el dios judío)…

La evidencia del infinito excluye infinitamente la absurda creencia en una “creación”. Aquí y ahora es lo único que hay, la eternidad del instante, la fuerza de la vida presente, la naturaleza de la respiración, somos las fuerzas de la naturaleza, somos el viento, el agua, la tierra, el fuego. Los que afirmamos la Vida y el Amor declaramos la guerra a los amargados de la Envidia que no pudieron realizarse (y que jamás lo harán), a los que no pudieron sentir el éxtasis de la eternidad ni la cumbre por su espíritu enano. Nosotros (estrellas-soles) estamos por encima de toda amargura del despreciador del cuerpo y de la vida, nosotros que danzamos, que creamos, que cantamos, nosotros los adoradores del éxtasis, los creadores, como guerreros divinos combatimos con capa y espada la inmundicia de la amargura diabólica y de la envidia satánica, y estamos en pie de guerra contra aquello que odia al amor, contra aquello que no quiere nuestra realización y que no quiere nuestra cumbre.

Hay que estar alerta y en sincronía con la naturaleza, atentos para pelear contra las pervertidas malas vibras de la podrida mente colectiva. Nuestra liberación está en juego, el mundo está podrido, en deterioro absoluto, en demencial agonía, en kali yuga porque hemos perdido nuestro vínculo con el infinito y negamos el gozo supremo de ser…

pero quien ama a los niños y a los animales les está reservado el éxtasis del infinito y la eternidad….